Eslovaquia cierra colegios y comercios e impone un toque de queda

Una calle de Bratislava, Eslovaquia, durante la cuarentena.
Una calle de Bratislava, Eslovaquia, durante la cuarentena.
MICHAL BURZA/ZUMA PRESS/CONTACTOPHOTO
Una calle de Bratislava, Eslovaquia, durante la cuarentena.

Las autoridades eslovacas han adelantado una semana las restricciones anunciadas para atajar los contagios de coronavirus y este mismo sábado entran en vigor, lo que supone el cierre de colegios y comercios no esenciales y la imposición de un toque de queda.

Solo los comercios considerados esenciales pueden seguir operando: tiendas de alimentación, farmacias, gasolineras y bancos. Además podrán seguir funcionando las estaciones de esquí, lo que ha provocado ciertas críticas, ya que una de las estaciones más famosas del país es propiedad del presidente del Parlamento, Boris Kollar, líder del partido ultraderechista Sme Rodina (Somos Familia).

Además, la medida llama la atención después de que en noviembre el país pusiera en marcha una campaña para realizar pruebas de coronavirus a la totalidad de la población como fórmula para evitar nuevos confinamientos.

Sin embargo, el alza en los contagios y el riesgo de colapso del sistema sanitario han obligado a las autoridades a decretar estas nuevas restricciones.

Eslovaquia está en el pico ascendente aún de la tercera ola tras una primera ola casi imperceptible y una segunda ola con máximos de 3.000 casos diarios a principios de noviembre. El último balance revela 3.151 nuevos casos y 70 muertes en 24 horas, para un total de 149.275 positivos confirmados y 1.510 muertes desde el inicio de la pandemia.

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