Descubren el arma secreta de las abejas para luchar contra las avispas asesinas

Abeja.
Imagen ampliada de una abeja.
USGS Bee Inventory and Monitoring Lab
Abeja.

Científicos de las universidades de Guelp (Canadá) y Georgia (EE  UU) han descubierto la curiosa manera que las abejas de Vietnam usan para librarse de las avispas asesinas que atacan a sus enjambres: 'pintan' con estiércol sus colmenas.

El estudio se ha publicado en la revista PLOS ONE. Según los científicos, es la primera vez que se documenta el uso de herramientas por parte de las abejas.

Gard Otis es profesor en la Universidad de Georgia, y mientras estudiaba a las abejas en Vietnam comprobó que existían unos pequeños puntos oscuros en las entradas de sus colmenas. Los apicultores locales le dijeron que era estiércol de búfalo, que las propias abejas ponían allí, y que creían que era para defenderse de los avispones asiáticos gigantes (Vespa soror).

La Vespa soror tiene un cuerpo de casi 5 centímetros de largo y tienen un  veneno que disuelve los tejidos. Tanto estas como las Vespa mandirinia son las únicas avispas que llevan a cabo ataques organizados a las colmenas, donde asaltan los nidos, matan a las abejas y se llevan sus larvas y pupas para alimentar a sus propias crías. 

Según Otis, "la recolección de estiércol por parte de las abejas es un comportamiento del que nunca antes se había informado y que, hasta la fecha, nadie ha estudiado".

Los investigadores quisieron ver en acción a las abejas vietnamitas. Recolectaron estiércol de búfalos, vacas, cerdos y pollos y lo pusieron cerca de las colmenas. 

Algunas abejas fueron marcadas para ser identificadas, e instalaron cámaras en las entradas de las colmenas. 

Comprobaron que alrededor de 150 abejas visitaban los montículos de heces (sobre todo las de cerdo y pollo, que eran los que más fuerte olían), cogían estiércol con la boca, lo moldeaban y luego lo pegaban en la entrada de la colmena.

Además, los investigadores marcaron algunos puntos de las colmenas con las feromonas que las avispas usan para señalar sus nidos objetivos, y comprobaron que fue allí donde las abejas pegaron los excrementos.

Como pudieron observar, las avispas pasaron menos de la mitad de tiempo cerca de las entradas con más estiércol pegado, y los investigadores constataron que lanzaban menos ataques masivos a las colmenas más manchadas.

Aunque no lo pueden asegurar, los autores del estudio creen que es el olor del estiércol lo que repele a las avispas o que oculta el olor de las abejas

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