Mandar regalos por correo, llamar al fijo o posponer juntarse al verano: cómo dar la vuelta a la Navidad

La necesidad de aplicar restricciones para detener el avance de la COVID-19 ha provocado que se desaten sentimientos de incertidumbre y tristeza. Ante este escenario, la psicóloga Montserrat Amorós propone "darle la vuelta" a la Navidad enviando regalos por correo, llamando al fijo o, incluso, posponer juntarse al verano.
Aceptar que la situación este año es diferente es el primer paso para vivir la Navidad en pandemia
Aceptar que la situación este año es diferente es el primer paso para vivir la Navidad en pandemia
María José López
Aceptar que la situación este año es diferente es el primer paso para vivir la Navidad en pandemia

Se trata de una Navidad diferente, ha señalado en una entrevista a Europa Press, y "tenemos que intentar asumir" las circunstancias "de la mejor manera posible". Así, es momento de plantearnos "qué nos aporta más" y, por ejemplo, posponer la celebración a verano.

Y es que es un tiempo de compartir con la familia que no podemos ver el resto del año, pero la situación actual nos lo impide, así que nos tenemos que replantear "qué prima más, repetir encuentros o prevenir".

"Son nuestras personas mayores, nuestros tíos" y hay que plantearse "qué nos aporta más, verlos ahora o posponerlo y hacer una fiesta de Navidad en verano".

Así, los riesgos de contagio que existen en las reuniones familiares y sociales y la falta de una vacuna hacen prever que las fiestas a las que estamos acostumbrados tendrán que ser obligatoriamente diferentes.

La idea propuesta por esta psicóloga, docente de los Grados de Infantil y Primaria de UNIR, se basa en poner en una balanza "qué pesa mas" y plantearse "darle la vuelta" a la celebración, darle el "propósito de poder volver a reencontrarnos más adelante".

Otra opción es buscar una cercanía si no física emocional mediante videollamadas o, en el caso de las personas mayores que no tengan esa posibilidad, llamarles al fijo "como habíamos antes" y "mandar regalos", de tal forma que este tiempo se "enriquece y hace más llevadero".

"El sentir o la emoción la podemos seguir llevando", ha recalcado incidiendo, sobre todo, en los niños: "Porque los Reyes son mágicos" y, aunque no vamos a poder ver las cabalgatas, o no podemos entregar la carta a un paje, sí podemos desplazarnos a un buzón y hacer "cosas simbólicas".

Por otro lado, hay gente que no se va a poder sentar en Navidad con sus familiares pero no por las restricciones, sino porque la pandemia se los ha arrebatado. En este sentido, dependerá de cómo ha sido el fallecimiento, porque "las personas necesitamos digerir esa situación".

Ha propuesto "hacer un homenaje o despedida" a nuestros seres queridos, porque "no hemos podido elaborarlo como en otras ocasiones, todo ha sido rápido, no ha podido haber despedida". Así que, puede ser "un buen momento para hacer ese cierre, elaborar esa despedida".

Hacer una carta de despedida, recordar qué le hacía ilusión... son maneras de "hacer la digestión" de una situación que hay que afrontar optando por un sentido positivo, no dramático, "porque el drama lleva al drama y bastante tristeza tenemos ya". Se trataría de algo "simbólico" que nos permita, por ejemplo, "recordar el sitio al que le gustaba ir".

En las situaciones que nos está haciendo vivir la pandemia "puede haber un crecimiento tras un trauma; ver la vida de otra manera; crecer a pesar de la adversidad; replantearnos qué valoramos". "Como, además, todos estamos en casa podemos optar por centrarnos en decorar, como nos pasó en el confinamiento, que nos hicimos más pasteleros", ha señalado.

Amorós también ha reconocido que "la tristeza la tenemos que elaborar" y ha advertido de que "es adecuado sentir tristeza, si no no podemos saber qué es la alegría". "Las emociones las tenemos que sentir todas", ha indicado.

Así que, "a lo mejor puede ser terapéutico, en un momento de invierno, de recogimiento, con las tardes más largas, decidir que preferimos quedarnos en casa" con los convivientes y "llevarlo de la mejor manera posible" y pensar que en verano ya nos juntaremos "y brindaremos dos veces".

No obstante, ha aseverado que es importante "tener un termómetro" y, del mismo modo que no podemos tener fiebre todos los días, la tristeza no se puede alargar y si en enero, tras las fiestas, se perpetúa, es hora de "reflexionar qué está pasando" con nosotros.

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