Ha hablado. Así, de manera categórica. Meghan Markle está harta de las críticas, del escrutinio continuado de todos y cada uno de sus gestos, de su ropa, de sus palabras. Y son estas las que ha usado para decirle a los medios de comunicación que dejen de inventarse los laberintos que se crean con tal de dejarla mal ante la opinión pública.

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La duquesa de Sussex lo ha hecho a través de una entrevista virtual para la revista Fortune, con la periodista Ellen McGirt y la sección Most Powerful Women Summint, aunque en teoría la charla no iba a ir por los derroteros antes mencionados, sino que comenzó expresando sus ideas sobre cómo hacer de la tecnología algo más humano y pensar en las personas antes que en las herramientas que utilizan en su día a día.

Pero esto acabó derivando en un tema que a la actriz y ahora productora (por el multimillonario contrato que ha firmado junto a su marido para crear contenido en Netflix) conoce de primera mano desde que llegase a la familia real británica: las fake news.

"Tenemos que poner de nuestra parte y estar del lado de la verdad, y para ello se necesitan medios de comunicación y fuentes de noticias fiables, en las que podemos confiar. Medios que cuando sepan que algo está mal, hablen e informen sobre ello", comenzó diciendo Meghan.

Para la esposa del príncipe Harry, "parece que estamos viviendo ya en el futuro cuando se habla de bots y de trolls y de todas esas cosas". "Todo suena irreal", argumenta desde el sofá de su mansión en Montecito, en las montañas californianas (cuyos vecinos conocen bastante bien porque les estuvo llamando uno a uno).

"Pero lo cierto es que esta es la realidad, el estado actual de las cosas, y eso está dando forma a la manera en la que interactuamos entre nosotros, tanto de manera online como cara a cara. Ese odio y esas mentiras trascienden a cómo interactúas con aquellos que te rodean y, de verdad, también a tu propia relación contigo mismo", afirma convencida.

"No es sólo una experiencia aislada", matiza antes de ponerse a ella como ejemplo. "Si mirásemos atrás y analizásemos cualquier cosa que yo haya dicho, lo que parecían declaraciones incendiarias o escandalosas en realidad solo era la interpretación que ciertas personas hicieron sobre ellas. Pero si de verdad escuchásemos lo que dije, todo el mundo se daría cuenta de que nada era polémico", incide.

Toma dos tazas

Lo más curioso es que ha sido aparecer la entrevista y ha ocurrido tal cual lo preveía la duquesa de Sussex: los medios han contactado con una especialista en lenguaje corporal, Judi James,  para saber cómo se encontraba Meghan Markle mientras decía estas cosas.

Respuesta de los medios: Meghan mantenía una actitud defensiva e incluso mostraba ciertos signos de ira. Según Judi James, la actriz utiliza un lenguaje con el que busca mostrar incomprensión. "Meghan se arrellana en su sofá con la camisa arremangada para sugerir que quiere ponerse manos a la obra y, como ella dice, ser 'auténtica'", afirma Judi en su análisis.

"La apertura de la camisa y el escote la convierten en una mujer poderosa al igual que el gesto de tocarse el pelo, mientras que saca sutilmente la mandíbula inferior y hace algunos parpadeos bruscos y acelerados insinuando algo de ira, aunque su tono general indica desconcierto [cuando asegura que no ha sido controvertida en lo que dijo en el pasado]", continúa.

Para terminar, Judi considera que "Meghan enfatiza su lado emocional nuevamente hablando de llorar y es ese movimiento cuando mira hacia otro lado de manera muy dramática para meditar sus pensamientos mientras habla el que sugiere una sensación de incredulidad".

No hay que olvidar que ahora mismo, tanto Meghan Markle como el príncipe Harry tienen abierta la causa en los juzgados contra los tabloides británicos Daily Mail y Mail On Sunday por haber publicado una carta que le dirigió a su padre, así como ambos en el matrimonio están molestos por la "extremadamente anodina" e "inexacta" biografía que recientemente se publicó sobre ellos.