Las orquídeas u orquidáceas (Orchidaceae) son una familia de plantas que se caracterizan por la atractiva complejidad de sus flores. Aunque tiene fama de ser una planta difícil de cultivar, siguiendo unos sencillos pasos para saber cómo hacerlo correctamente, se puede conseguir que la planta crezca sana y que florezcan naturalmente.
En primer lugar, hay que saber que las orquídeas son una planta resistente que florece durante meses y sobrevive en condiciones normales, pero no se puede tratar como cualquier otra planta, tal y como indican desde la web dedicada específicamente a esta familia.
Para empezar, la mayoría de las orquídeas son epifitass, por lo que crecen sobre la superficie de las ramas de los árboles o las rocas y están acostumbradas a mojarse y secarse rápidamente. Además, hay que saber que necesitan aire y bastante espacio alrededor, por lo que en una maceta es fácil que se pudran.
Deben estar en un lugar luminoso, aunque no es adecuado poner las orquídeas en el sol directo. Además, la temperatura no debe ser inferior a 15 grados ni superior a los 30 grados.
Por otro lado, la orquídea necesita un abono específico para ayudar a su floración. Además, hay que tener en cuenta que su momento idóneo para florecer es durante la primavera, después de los meses de frío.
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