El pasado 5 de julio el Centro de Protección Animal de Zaragoza recibía a una perra de raza podenco andaluz con caquexia extrema, deshidratación, cojera y gran cantidad de parásitos externos. Un animal que presentaba todos los indicios de haber sufrido maltrato por parte de su dueño, un varón zaragozano de 68 años.
Ante la sospecha de la situación de abandono del animal, tanto de la atención veterinaria como de las necesidades básicas de su salud, el Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil determinó que, de no haber sido recogido y puesto en tratamiento, el can no habría sobrevivido. De esta forma, el responsable de la perra ha pasado a ser investigado por un presunto delito de maltrato animal.
Los agentes localizaron al encargado en el Registro de Animales de Compañía de Aragón (RIACA), donde también aparecieron a su nombre otros seis canes, cinco de ellos sin la obligatoria vacuna antirrábica. Mismo lugar en el que la Guardia Civil pudo determinar que uno de los animales a su tutela fue cedido a otra persona, a través de su veterinario, algo que no figuraba en la base RIACA. Al igual que el fallecimiento de otros dos de los perros.
Dentro de tal investigación, también, ha sido denunciado el veterinario que los atendía por no grabar en la base de datos un supuesto cambio de titularidad de uno de los animales y por no reseñar en los pasaportes de tres de los canes la fecha completa de la vacunación.
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