Ya es de sobra sabido que la relación entre los hermanos está más distante que nunca, no solo desde que el príncipe Harry y Meghan Markle decidiesen marcharse de Reino Unido con destino a Los Ángeles, California, sino que viene de antes (como es fácilmente comprobable en el libro autobiográfico de lo duques de Sussex que este verano salió a la luz).

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Lo que no se sabía es que, lejos de que haya una idea de reconciliación, todo parece indicar que se están alejando más y más y que puede haber un punto de no retorno en la fraternidad que une al príncipe Guillermo con su hermano pequeño. Y además, todo ello derivado de una mezcla de su familia y de los negocios.

El próximo 15 de noviembre se estrena la cuarta temporada de The Crown, la serie que narra a lo largo de los años la biografía de la reina Isabel II, y que en esta nueva tanda de episodios se ambienta en los años 80, lo cual obligaba a los productores a hablar de Diana de Gales. Y, además, en una de sus etapas más difíciles: cuando su nombre se comenzaba a conocer mientras ella sufría de bulimia.

Mostrar a Lady Di bregar con este trastorno alimenticio a la vez que pasa de ser una asistente de los niños a princesa y luego va viendo cómo su matrimonio con el príncipe Carlos se iba desvaneciendo no es plato de buen gusto e incomoda, y mucho, a la familia real británica. Sobre todo a a su primogénito, Guillermo de Inglaterra, que no tiene ningún interés en ver cómo se muestra a su madre en pantalla (nuevamente).

Este asunto ha traspasado fronteras, tal y como narra Daily Mail, dado que el marido de Meghan Markle no emitirá ningún comentario negativo acerca de la producción debido al reciente acuerdo que firmaron con Netflix, la plataforma de la serie, de 150 millones de dólares, y con el que firmarán sus propias obras, como la que están trabajando acerca de una de las fundadoras del movimiento Black Lives Matter.

Este conflicto de intereses ha sentado realmente mal en el seno de la corona, y una fuente del Palacio de Buckingham, en declaraciones a The Sun, lo ha confirmado: "Guillermo y otros miembros de la realeza están increíblemente molestos con este drama y Harry ahora es socio de la compañía que lo está transmitiendo en todo el mundo".

"Es el último de una larga lista de puntos conflictivos entre los dos hermanos, pero hay pocos temas más sensibles que la grave situación que atravesó su mamá", reconoce. Y eso que una de las productoras de la serie, Left Bank Pictures, le ha asegurado al citado medio que han trabajado con BEAT, una organización benéfica sobre trastornos alimenticios, para poder representar correctamente la bulimia de Lady Di, que interpreta la joven actriz Emma Corrin, de increíble parecido con Diana de Gales.