Los pacientes en UCI se duplican y los expertos avisan: "​Cuando ya hay muchos infectados solo queda rezar para que no haya más hospitalizaciones"

Esta historia comienza ahí, en las UCI del hospital Ramón y Cajal, donde la vida trata de inclinar la balanza. Guantes, gorro y doble mascarilla. Todo listo, toca entrar.
Imagen de archivo de la UCI del hospital Ramón y Cajal.
Jorge París
Esta historia comienza ahí, en las UCI del hospital Ramón y Cajal, donde la vida trata de inclinar la balanza. Guantes, gorro y doble mascarilla. Todo listo, toca entrar.

Cuando, hace tres semanas, el Ministerio de Sanidad comenzó a incluir datos sobre la ocupación de los hospitales y las UCI en sus boletines había en España pocas más de 500 personas en cuidados intensivos con Covid. El viernes, solo 21 días después, ya son casi 1.200. Un camino parecido han seguido los ingresos hospitalarios, que en el mismo periodo se han incrementado de 4.636 hasta 8.658.

El virus, que volvió a comienzos de julio en forma de una segunda ola que comenzó a sentirse en Aragón y Cataluña y se fue abriendo paso mientras media España estaba de vacaciones, ha vuelto también a los hospitales.

"A finales de julio empiezan a aparecer los hospitalizados", recuerda el doctor Carlos Lumbreras, secretario general de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI). Los ingresos en las UCI han seguido un camino prácticamente calcado. "Dejamos de tener pacientes y desde primeros de agosto empezamos a tenerlos muy poco a poco", cuenta la doctora María Cruz Martín Delgado, expresidenta de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc).

La secuencia que transcurre desde que un paciente se contagia, aun sin saberlo, experimenta síntomas, es diagnosticado, ingresado y necesita de vigilancia intensiva es conocida. El periodo de incubación mediano es de unos cinco o seis días, después surgen los primeros síntomas y una semana más tarde aparecen los más graves. La muerte se demora entre dos y ocho semanas. 

A nivel comunitario esto se traduce en que primero se eleva la curva de contagios, más tarde lo hace la de hospitalizaciones y aún más adelante, la de fallecidos, por lo que aun cuando la curva de positivos se frena o se estabiliza el resto se demoran todavía más.

La presión sobre los hospitales comienza a ser preocupante, según los expertos consultados por este periódico. De media, en España el 7,4% de camas de hospital y en torno al 10-15% de UCI están ya ocupadas por pacientes con Covid, unas cifras que varían mucho en función del territorio. 

"La situación es mala, España está peor que otros países europeos", observa Lumbreras, que añade que "lo que hay que intentar es que la presión hospitalaria baje de los niveles actuales, no ya que no suba". 

Aunque las cifras de ocupación sean muy diferentes a las de los meses más duros de la pandemia, solo el hecho de tener un porcentaje importante de ingresados con Covid ya hace que el sistema se resienta.

"A partir de cierto nivel tenemos que empezar a demorar cirugías y a dejar de atender a una parte de la población. Ya hay comunidades que están haciendo derivaciones", añade el experto.

"Preocupante, lo es. Pero como hemos vivido lo que hemos vivido, pues lo vemos un poco mejor. No estamos saturados, los enfermos vienen de forma paulatina, no paran, pero poco a poco", apostilla Martín Delgado en relación a la situación en los cuidados intensivos. Además, la intensivista añade que aún no han llegado los meses de mayor ocupación habitual de las UCI, que son noviembre y octubre.

Madrid, la cruz; Cataluña y Aragón, la cara

La presión sobre los hospitales madrileños, con un 18% de sus camas ya ocupadas por pacientes Covid, duplica con creces la media nacional y sitúa a esta comunidad a la cabeza en hospitalizados e ingresados en UCI. En Madrid, los pacientes ingresados se han duplicado en 20 días y los ingresos en UCI se han multiplicado por 2,5.

"En Madrid ya hay una proporción importante de pacientes [Covid] intensivos. No es una proporción tan alta, pero sí que es significativa. Tenemos que estar atentos, sobre todo porque hay que dar atención a otros pacientes críticos", comenta la doctora Martín Delgado.

En otras comunidades, la tendencia también es preocupante. Por ejemplo, los ingresados se han triplicado en Andalucía (de 322 a 959), prácticamente se han cuadriplicado en Castilla-La Mancha (de 122 a 468) y casi se han multiplicado por cinco en Murcia (de 68 a 318) en el mismo periodo.

La cara la encontramos precisamente en las zonas en las que primero golpeó la segunda ola y los casos llevan más tiempo estabilizados o incluso a la baja. En Aragón las hospitalizaciones se han reducido en un 10%, y en Cataluña solo han aumentado un 14% desde el 20 de agosto.

"Tenemos la obligación de disminuir el número de infectados"

La sacudida de la segunda ola antes de lo esperado ha pillado a los hospitales en plenas vacaciones y con unos sanitarios ya muy tocados física y emocionalmente por el impacto de la primera. Para evitar que el sistema se resienta más, la única receta es frenar la transmisión cuanto antes.

"Lo que pasó en marzo no se parece en nada ahora y es probable que nunca lo volvamos a ver", asevera el doctor Lumbreras que, no obstante, sostiene que "no podemos conformarnos, tenemos la obligación de disminuir el número de infectados en la segunda ola". "Se están haciendo esfuerzos muy importantes en la detección precoz, pero probablemente haya que hacer más", agrega.

“Es difícil. Esperemos que no, porque la curva ahora aunque va aumentando lo hace de una manera menos exponencial", explica la doctora Martín Delgado sobre una hipotética vuelta al peor escenario de la pandemia. "Confiemos todos que, aunque tengamos que convivir con esto mucho tiempo, no lleguemos a esa situación".

Pese a que el escenario no es el más halagüeño, con la incógnita del efecto que tendrá la vuelta a las aulas y a las oficinas sobre la epidemia, hay datos que invitan al optimismo. Aunque se siguen superando máximos diarios de contagios semana tras semana, en las últimas dos semanas ya se aprecian signos de ralentización, que también han llegado a los hospitales.

"Es la primera semana en la que tenemos una cierta sensación de estabilización a nivel de los hospitales, incluso una ligerísimamente a la baja", afirma Lumbreras que llama igualmente a la prudencia y advierte: "Cuando ya hay muchos infectados lo único que podemos hacer es rezar para que no haya más hospitalizaciones".

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