Según informan fuentes del instituto armado, la madre denunció los hechos este lunes tras sospechar que el perro es propiedad de un vecino de la misma localidad.
El ataque se produjo en una finca abierta en la que residen la madre y su hijo. El perro, que no llevaba bozal, le provocó lesiones en el rostro que llevaron a realizarle 32 puntos de sutura en ambas mejillas.
A pesar de recibir el alta el joven tuvo que volver al hospital, donde permaneció ingresado otros nueve días tras sufrir una infección por las heridas, hasta que fue dado de alta el pasado dos de septiembre.
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