El conocido como papel film o papel transparente es una forma muy extendida de envolver la comida para poder llevarla fuera de casa o tapar los platos, cuencos o tarros cuando ha sobrado comida y se quiere conservar en la nevera.
Aunque hoy en día el papel film se sustituye en la cocina de muchas maneras, por ejemplo, usando tapas de plástico o de goma reutilizables con el objetivo de generar una menor cantidad de residuos plásticos, es cierto que este producto sigue siendo elemental en muchas cocinas por su comodidad y facilidad de uso.
¿Por qué no hay que guardarlo en el cajón?
Seguramente, en muchas ocasiones te hayas visto envuelto en una pelea con el papel film ya que, al desenrollarlo, este suele pegarse en la encimera de la cocina, en las propias manos o en otros utensilios.
Este problema suele terminar con el papel film arrugado o hecho una bola, por lo que hay que tirar esa parte que se pretendía usar y malgastar otro trozo. Para evitar esto hay una solución muy sencilla: cambiar el papel film de ubicación.
La mayoría de personas guardan el papel film en un cajón de la cocina junto con el papel de aluminio, una práctica poco recomendable si se quiere evitar la situación descrita anteriormente.
Este tipo de papel está elaborado con PVC o polietileno, dos materiales que crean electricidad estática muy fácilmente, lo que hace que se quede pegado. Así, la solución pasa por guardar el papel film en el congelador, lo que ayuda a que el frío elimine la electricidad estática y se pueda desenrollar y usar fácilmente.
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