La misteriosa planta descubierta en el Pirineo cuya presencia nunca se había confirmado en España

"Rhinanthus alectorolophus"
"Rhinanthus alectorolophus"
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"Rhinanthus alectorolophus"

El botánico Pere Aymerich ha descubierto en el Parque Natural del Alt Pirineu y en el Parque Natural del Cadí-Moixeró una especie de planta, la "rhinanthus alectorolophus", cuya presencia no había sido confirmada en la península ibérica.

La planta, cuyo descubrimiento publica el Boletín de la Institución Catalana de Historia Natural, se encuentra en los prados con hierba para forraje y su existencia ya había sido apuntada en los años 60 por el botánico Josep Vives, quien, en su tesis doctoral, indicó la presencia de rhinanthus alectorolophus en prados de Gósol (Barcelona), en la periferia del Parque Natural del Cadí-Moixeró, aunque el dato no fue tenido en cuenta en trabajos botánicos más modernos.

Según ha informado la dirección general del Medio Natural de la Generalitat, en un primer momento, la planta, abundante en el resto de Europa, se localizó en diversos lugares de Farrera (Lleida), dentro de los trabajos de actualización sobre la situación de los prados de siega del Parque Natural del Alt Pirineu.

Unas semanas después de encontrar la especie en el Pallars, se llevó a cabo una prospección en la zona de Gósol para intentar verificar la indicación de los años 60 en esta localidad y localizaron también la planta, tanto en Gòsol como las poblaciones cercanas de Saldes y Josa de Cadí.

Las plantas "rhinanthus" -que se conocen como cencerro, soroll o fonollades, entre otros nombres- son hierbas semiparásitas de flores amarillas, que viven en los prados de montaña. Hasta ahora en Cataluña se conocían tres especies: rhinanthus pumilus y R. minor, más o menos comunes en los Pirineos, y R. angustifolius, muy rara y protegida, incluida en el Catálogo de Flora Amenazada de Cataluña.

Hábitat cada vez más escaso

Los biólogos explican que los prados de siega para obtener hierbas de forraje son un tipo de hábitat semiartificial que cada día se va haciendo más escaso. De hecho, se formaron fruto de la actividad humana, después de hacer aclarados de bosque o del abandono de campos y se mantienen sólo si se trabaja de forma regular en su gestión, con actuaciones cada año.

La UE incluyó estos prados a la llamada Directiva de Hábitats, de 1992, como Hábitats de Interés Comunitario que hay que conservar: poblados por hierba alta, que se forman en terrenos de suelo profundo y más o menos húmedo, tiene que segarse dos o tres veces al año y sólo se pastan pocos días y en épocas muy concretas.

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