El huracán Laura tiene todas posibilidades de alcanzar la categoría cuatro en su avance por el Golfo de México hacia Texas y Luisiana. 

Imágenes de satélite han mostrado que Laura se ha convertido en "un huracán formidable catrastrófico" en las últimas horas. Amenaza con destrozar hogares y hundir comunidades enteras. Ha experimentado una notable intensificación, "y no hay señales de que se detenga pronto", ha declarado el Centro Nacional de Huracanes en una actualización el miércoles temprano.

Este huracán ha crecido casi un 70% en energía en solo 24 horas, con vientos máximos sostenidos de 175 km/h con ráfagas aún más altas. Se esperan cortes de energía generalizados, árboles caídos y viviendas y negocios dañados según el Servicio Meteorológico Nacional en Lake Charles. Con respecto a los cortes de energía podrían durar semanas o incluso meses. La mayor parte del área estará inhabitable durante ese mismo tiempo.

Se ha ordenado a más de 385.000 residentes que huyeran de las ciudades de Beaumont, Galveston y Port Arthur en Texas, y a otros 200.000 se les ordenó que abandonaran la parroquia de Calcasieu en el suroeste de Louisiana, donde los meteorólogos dijeron que había hasta 4 metros de marejada ciclónica. 

Las autoridades ha instado a la comunidad a quedarse con familiares o en habitaciones de hotel para evitar propagar el virus que causa COVID-19. Los autobuses están equipados con equipo de protección y desinfectante, y llevan menos pasajeros para mantener a las personas separadas, según han explicado los funcionarios de Texas.