Un nuevo vídeo muestra a un preso negro en EE UU gritando "no puedo respirar" antes de morir

  • Los cinco funcionarios de prisión y la enfermera han sido imputados de homicidio involuntario.
Imagen de John Elliott Neville.
Imagen de John Elliott Neville.
Policía de Forsyth
Imagen de John Elliott Neville.

Imágenes de vídeo difundidas este sábado por la cadena de televisión CNN muestran a un preso de raza negra en Estados Unidos quejándose de no poder respirar, mientras es atendido por cinco funcionarios de prisión y una enfermera, antes de fallecer en un hospital.

En la grabación puede verse a John Elliott Neville, de 56 años, diciendo en numerosas ocasiones "No puedo respirar", la misma frase que pronunció a finales de mayo otro afroamericano, George Floyd, en Mineápolis antes de morir asfixiado cuando era detenido por un policía blanco.

La muerte de Floyd desencadenó una ola de protestas y disturbios en varias ciudades de Estados Unidos, que duró semanas.

La CNN explicó que las imágenes de Neville salieron a la luz esta semana por una orden de un juez de Carolina del Norte.

Neville, que estaba detenido en una cárcel del condado de Forsyth por agresión a una mujer, fue atendido por cinco funcionarios y una enfermera, tras caerse de su litera mientras dormía debido a un problema médico.

Durante los alrededor de 45 minutos de grabaciones hechas con las cámaras corporales y habituales de los agentes el pasado 2 de diciembre, un día después de su arresto, se ve a Neville desorientado y con dificultades para respirar, sujetado por los cinco funcionarios que lo trasladan fuera de su celda.

Al principio, los agentes le piden que se tumbe y le notifican que acaba de sufrir convulsiones, para luego trasladarlo de celda.

Neville se queja y dice: "Déjenme ir" y "Ayúdenme".

Uno de los funcionarios le señala: "John, escúchame. Tienes un problema médico. Necesitas tranquilizarte".

Sin embargo el preso grita y trata de zafarse: "Déjenme ir, Déjenme ir. Muevan sus manos, levántenme. ¡Vamos!"

Tras este suceso, Neville se quedó inconsciente y falleció más tarde en un hospital.

Los cinco funcionarios de prisión y la enfermera han sido imputados de homicidio involuntario por el fiscal del distrito del condado de Forsyth, Jim O'Neill, y han sido dados de baja de sus puestos de trabajo.

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