Beatriz de York se confinó junto con su marido, Edoardo Mapelli, y su padre, el príncipe Andrés, para que este pudiera acompañarla el pasado viernes de camino al altar, según ha confirmado el periódico británico The Telegraph.
Hasta ahora se pensaba que la princesa había pasado la cuarentena con la familia de su marido en Oxfordshire (Oxford, Reino Unido). Sin embargo, ahora se sabe que ambos estuvieron un tiempo confinados con el duque de York para que este pudiera cumplir su papel de padrino en la boda.
A pesar de mantener una buena relación con su hija, la situación que vive el príncipe Andrés es delicada. La polémica entrevista que concedió el pasado año sobre el caso Epstein aceleró su renuncia a sus funciones representativas como miembro de la familia real, por lo que se dudaba sobre su presencia en la boda.
Asimismo, el comunicado que emitió el palacio de Buckingham el pasado viernes para anunciar la ceremonia, que se produjo en secreto y de forma íntima y discreta, confirmaba que Beatriz de York había sido acompañada por su padre hasta el altar, en la Capilla Real de Todos los Santos en Royal Lodge, en Windsor.
Entre los detalles relevantes que dejó la ceremonia está el guiño que Beatriz de York hizo a su abuela, la reina Isabel II, al lucir el mismo vestido que ella en su boda, el año 1962. El vestido fue adaptado a la talla de la novia, y además se le añadieron unas mangas de organza.
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