El alcalde de Lleida acusa al Gobierno de "mirar a otro lado" con los temporeros tras el confinamiento del Segrià

Un temporero de fruta.
Un temporero de fruta.
EFE
Un temporero de fruta.

El alcalde de Lleida, Miquel Pueyo, ha dicho este domingo en una entrevista que "el Estado mira hacia otro lado" ante la llegada a la ciudad y su comarca desde hace semanas, incluso en estado de alarma, de personas que desean trabajar como temporeros en el campo, parte de ellas sin permiso de residencia.

El Govern de la Generalitat acordó en la mañana de este sábado confinar desde las 12:00 horas a Lleida y su comarca, que suman unas 210.000 personas en 38 municipios, ante un aumento del número de contagios coincidiendo con la campaña de recogida de fruta en la zona, la primera de España en el sector durante el verano.

Pueyo ha dicho que, si bien es cierto que "los temporeros no son los responsables" de lo que ahora vive la capital leridana, también lo es que, "en días de confinamiento, en los que el Estado había de garantizar que no había movilidad entre provincias", llegaron a la ciudad personas de Canarias, Baleares, Andalucía y el País Vasco, entre otros orígenes.

El alcalde ha recordado que, ya entonces, "ante la llegada de un volumen importante de gente" a la ciudad, dijo que "eso era preocupante".

Pueyo ha explicado que la actividad agrícola de la provincia de Lleida genera desde hace más de 25 años la llegada cada verano de entre 25.000 y 30.000 personas para trabajar en la recogida de la fruta, bastantes de ellas sin la documentación en regla. "Es como si a Barcelona llegarán de golpe 130.000 personas", ha comparado.

"Según las reglas del Estado, no tienen papeles, y como no tienen papeles, no pueden trabajar. Es un bucle que los condena a la marginalidad", ha narrado el alcalde.

Ese hecho, ha continuado, "se repite desde hace 25 o 30 años", pero en esta ocasión, con el "plus de excepcionalidad" que ocasiona la Covid-19 en la campaña de la fruta, "sabíamos que podría ser más complicado". "Y el Estado mira hacia otro lado", se ha lamentado.

Durante el confinamiento, recuerda, diversos medios publicaron imágenes "muy dolorosas" de personas sin papeles que dormían en la calle en Lleida. "Esta noche, según datos de la Guardia urbana, han dormido 21 en toda la ciudad", ha informado.

El alcalde ha recordado que, durante el confinamiento, se habilitó en el recinto ferial de Lleida un pabellón para acoger unas 300 personas de las que llegaban a la ciudad para trabajar en el campo. "Aún quedan unos 110, que según las reglas de juego del Estado", ha reiterado, no pueden trabajar en la recogida de fruta.

"La crisis de este año -ha continuado- debería hacer que todos pongamos las manos para solucionar el tema", y lograr que el Estado "se implique en este proceso, para hacer una campaña más ordenada, más tranquila, como se hace en Francia, en el sur de Europa".

"No tenemos motivos suficientes para decir de forma contundente que esta situación es solo por la gente que coge la fruta", ha destacado el alcalde, quien ha explicado que en la zona hay además mataderos y mucha movilidad con otras comarcas, también de Aragón, y que los datos apuntan a que el rebrote se ha dado más por la vida social que por la actividad laboral.

"Reacciones racistas -ha continuado- están en todos los sitios; si ahora simplificamos, sería muy injusto".

Pueyo ha asegurado: "Nosotros no somos racistas", y ha indicado que el 20% de la población de Lleida tiene "raíces fuera, lo que consideramos un valor".

El alcalde ha pedido "sentido común" para combatir la pandemia, usar mascarilla, mantener la distancia social y lavarse las manos, y ha adelantado que la próxima semana, el consistorio distribuirá mascarillas en la zona comercial del casco histórico.

Pueyo ha adelantado que en los próximos días convocará también el comité de coordinación de Protección Civil de la ciudad al tiempo que espera que la Generalitat "invite al ayuntamiento" a formar parte de algún comité de seguimiento del rebrote del virus.

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