La investigación comenzó a raíz de una disputa vecinal ocurrida en una localidad del Valle de Mena, en el norte de Burgos, donde la Guardia Civil recibió una llamada por la presencia de perros de raza potencialmente peligrosa que se encontraban sueltos en la vía pública.
El Seprona de la Comandancia de Burgos se trasladó al municipio para identificar a los propietarios y verificar que los animales se encontraban en las debidas condiciones higiénico-sanitarias y al corriente en cuanto a su documentación y vacunas se refiere.
En el lugar, se comprobó la existencia de un ejemplar de la raza American Bully que presentaba las orejas recortadas y cuyo propietario no pudo demostrar la actuación de un facultativo en el corte de los pabellones auditivos.
Las gestiones practicadas a continuación han permitido conocer que el investigado, un joven de 33 años, era propietario de otro animal de la misma raza con el mismo tipo de mutilación.
Del mismo modo y como resultado de la investigación llevada a cabo se ha conocido que esta persona figura y ejerce como criador de perros, si bien carece de la habilitación y licencias necesarias para ejercer la actividad.
Por ello, al joven de 33 años años se le investiga presunto autor de los delitos de maltrato animal e intrusismo profesional, por mutilación de las orejas de dos perros de su propiedad, además ha sido denunciado por carecer de las habilitaciones necesarias para ejercer la profesión de criador.
Se trata de la segunda investigación similar en los últimos días en Castilla y León, ya que el pasado miércoles se conoció que se imputaban delitos similares a dos personas en Laguna de Duero (Valladolid) por mutilar las orejas a un perro de la misma raza, American Bully.
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