Sánchez asume un recorte en los 77.000 millones a fondo perdido para España del plan postCovid de la UE

  • Los Veintisiete empezarán a negociar el reparto final en la Cumbre del 19 de junio.
  • El Gobierno descarta una bajada de pensiones para cumplir con las condiciones para recibir la ayuda.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a su llegada a la segunda jornada de la cumbre de la Unión Europea en Bruselas.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a su llegada a la segunda jornada de la cumbre de la Unión Europea en Bruselas.
EFE
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a su llegada a la segunda jornada de la cumbre de la Unión Europea en Bruselas.

Hace un par de semanas, el Gobierno se marcó un buen tanto en la UE. La Comisión Europea publicó su Fondo de Recuperación tras la pandemia dotado con 750.000 millones de euros, de los que buena parte serían para España y en condiciones muy ventajosas. Por detrás de Italia, el cálculo inicial de lo que le corresponderá a España son 140.000 millones, de los cuales más de la mitad, 77.000 millones, serán transferencias directas y el resto, 63.000 millones, créditos. “Una propuesta, sin duda, favorable para nuestros intereses, se mire desde donde se mire, tanto en la cuantía como en las condiciones en las que se formula”, afirmó el presidente, Pedro Sánchez, esta semana en el Congreso.

Sin embargo, este es el reparto estimado de la propuesta de la Comisión y el Gobierno encara ahora la negociación con el resto de países de la UE asumiendo que es muy posible que, al final, habrá un recorte de los pagos directos, que no hay que devolver, y un aumento de los créditos, que sí.

El presidente del Consejo de la UE, Charles Michel, ha convocado ya un Consejo Europeo el 19 de junio -que espera que sea el último a distancia-, donde se abrirá la discusión sobre cómo queda el reparto final de los 750.000 millones. Fuentes del Gobierno afirman que no están en juego tanto los 140.000 millones que se han asignado a España, sino la distribución de los mismos. Es decir, que haya menos pagos directos y más créditos.

La vicepresidenta tercera y ministra para Asuntos Económicos, Nadia Calviño, había peleado muy duro para Gobierno para que que los pagos fueran lo más directos y menos condicionados posibles, pero el Ejecutivo es consciente de que hay países en la UE -los llamados “frugales”; Países Bajos, Austria, Dinamarca y Suecia- que se revuelven contra un fondo que por primera vez estará respaldado por deuda europea y del que buena parte se transferirá a los países más afectados por la pandemia, con Italia y España -dos países del estigmatizado sur- a la cabeza.

Por eso, las tornas pueden cambiar y el Gobierno español prácticamente cuenta con ello. Con que las transferencias al final sean por menos de 77.000 millones y con que sea necesario pedir más créditos de los 63.000 millones previstos, según la propuesta de la Comisión Europea.

"Larga y ardua negociación"

Es por eso que el Gobierno lleva días advirtiendo de la “ardua” negociación que se abrirá ahora en Bruselas sobre cómo repartir este dinero, que para España es esencial. Lo avisó la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y también el presidente ha lanzado el mensaje en varias ocasiones durante la última semana.

La última vez, en el Pleno del Congreso que el miércoles aprobó la última prórroga del estado de alarma. “Obviamente, nos aguarda una larga y ardua negociación antes de llegar al acuerdo definitivo. Todos conocemos la postura reticente al mismo de un número reducido de países”, dijo. Sin embargo, Sánchez también lazó un aviso a otras latitudes “también tenemos que recordar que se necesita unanimidad” para aprobar el fondo. Es decir, que todos los países estén a favor. Incluido España… pero también Países Bajos.

Mientras tanto, el presidente ya ha empezado a calcular a qué sectores podrá destinar el dinero europeo, según el plan de la Comisión. Según enumeró el miércoles en el Congreso, del total de 750.000 millones, el turismo recibirá 161.000 millones; el comercio, 115.000 millones; las energías renovables, 100.000 millones; el negocio digital, 66.000 millones de euros; la energía e industrias intensivas, 88.000 millones; el transporte y el automóvil, 64.000 millones, y la construcción, 54.000 millones.

Reformas económicas

Independientemente de cómo quede la negociación sobre la cuantía de pagos directos y de créditos, lo que no cambiará es la “condicionalidad” de estos fondos “voluntarios” pero que países como España necesita para recuperar la economía que la pandemia hizo detener. Es decir, Bruselas obligará a los países que se acojan al Plan de Recuperación a hacer reformas en su economía.

A diferencia de los rescates que conocimos en la crisis de 2008, no habrá un “memorando de entendimiento” con las condiciones, sino que los compromisos de reformas se plasmarán en los Planes Nacionales de Reformas que los países de la UE envían cada mes de abril a Bruselas pero que ahora la Comisión “invita” a los gobiernos europeos que pidan los fondos de recuperación a que adelanten estos planes al próximo octubre.

En su Plan Nacional que envió el pasado abril, el Gobierno dejó constancia de todas medidas económicas contenidas en los decretos contra la Covd-19, todas causantes de gastos y no de ingresos.

Por lo que respecta a las pensiones, también incluye el compromiso de “reordenar sustancialmente” en “el medio y largo plazo” los incentivos para prolongar la vida laboral y “potenciar” planes de pensiones “complementarios” al sistema público.

En todo caso, fuentes del Gobierno descartan por completo que se esté planteado una bajada de pensiones como la que acometió Rodríguez Zapatero en 2010.

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