En concreto, CESM Castilla y León se ha referido a los modelos Subolum KN95 y Moloven Butterfly Type comprados por la Consejería de Sanidad y que fueron distribuidos en los centros sanitarios a primeros del mes de abril según sus propias declaraciones, "mas sin ninguna comprobación previa sobre su idoneidad y han sido usados en la mayoría de los centros sanitarios de Castilla y León durante semanas antes de su retirada a finales de la semana pasada".
El sindicato médico ha indicado que esta distribución del material de protección "sin comprobar su idoneidad" se ha dado después de que ya se tuviera experiencia de test y mascarillas defectuosas compradas y distribuidas a nivel nacional, lo que indicaba que era necesaria la comprobación de los equipos de protección antes de su utilización por los profesionales.
A esto se añade que, "a pesar de tener fundadas sospechas y quejas" de profesionales y servicios de Prevención sobre su dudosa idoneidad, las mascarillas defectuosas han sido distribuidas y mantenido su uso.
"La necesaria precaución a la que obligaba esta experiencia ha sido ignorada por la Consejería de Sanidad, exponiendo innecesariamente a muchos profesionales de nuestra Comunidad a un riesgo cierto de contagio por la alta permeabilidad de estas mascarillas", ha añadido.
Ante esta situación, CESM presenta querella para que se diluciden responsabilidades y en el curso del procedimiento se aclare la compra, distribución y comprobación de estas mascarillas.
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