La Federación de Enseñanza de CCOO ha explicado en una nota de prensa que tras casi dos meses de docencia a distancia a causa del confinamiento por la pandemia ha realizado esta encuesta con el objetivo de tener información de primera mano sobre la opinión del profesorado acerca de la organización del final de curso y del inicio del próximo.

Respecto al fin de curso, más del 75 por ciento de docentes encuestados piensa que la apertura de centros educativos se debe exclusivamente a motivos de conciliación, excluyendo los pedagógicos y no comprenden esta justificación, más aún si se mantienen cerrados los comedores escolares y se suspende el transporte escolar.

El 93 por ciento de los encuestados estima necesario realizar pruebas diagnósticas de la COVID-19 al personal de los centros educativos antes de la incorporación del alumnado, así como un Plan Director de Seguridad, Salud Laboral e Higiene que permita establecer "con claridad" las medidas higiénicas y sanitarias para garantizar la seguridad y la salud de profesionales y alumnado, "evitando que los centros educativos puedan convertirse en un foco que pueda contribuir al rebrote de la epidemia".

Además, casi el 55 por ciento del personal encuestado cree que no deberían abrirse los centros educativos a ningún tipo de alumnado este final de curso, mientras que el 42 por ciento considera que debería atenderse al alumnado de segundo de Bachillerato y segundo curso de los títulos de FP.

HASTA SEPTIEMBRE

Por su parte, CCOO ha considerado que dado que parece que el régimen de desescalada no va a permitir una asistencia normalizada a los centros educativos sería mejor posponer la vuelta a las aulas para el próximo curso y terminar el curso telemáticamente.

Solo en el caso de segundo de bachillerato "entendemos que puede establecerse un plan de tutorización relacionado con los cambios en la Evaluación para el Acceso a la Universidad (EvAU).

Para CCOO, en este final de curso debe prevalecer las instrucciones sanitarias y lo primero que hay que garantizar en caso de apertura de los centros es el cumplimiento de las indicaciones que emanen de la Unidad de Prevención de Riesgos Laborales, "que todavía no se han hecho".

Dichas instrucciones deben incluir test, si son necesarios, distancias de seguridad, ratios, recreo, espacios comunes, dispensadores de gel, jabón y papel, entre otras cosas.

Además, CCOO Enseñanza ha recalcado que las reuniones de la Administración educativa con las organizaciones sindicales a lo largo de este último mes y medio "se han limitado a ser meramente informativas" e incluso en ocasiones han sido "posteriores a que se transmitiera a los medios de comunicación".

Por eso, "no se ha negociado con los sindicatos ninguna de las órdenes de evaluación y nuestras aportaciones han sido recogidas posteriormente a su publicación", una actitud que demuestra "que se está ninguneando la opinión de los trabajadores de la enseñanza ya que se ha obviado a sus representantes y a la negociación en el ámbito de la mesa sectorial, como requiere nuestro ordenamiento jurídico".

INICIO DEL CURSO 2020-2021

Más del 60 por ciento de las personas encuestadas han calificado de positivo dividir cada grupo en dos -presencial y telemático-, propuesta de la ministra de Educación, Isabel Celaá, "siempre y cuando vaya acompañada de una dotación extra de cupo de profesorado para hacer frente a ese desdoblamiento" porque no puede pretenderse que el profesorado compatibilice docencia telemática y presencial sin ampliar el personal.

Por su parte, el 35,3 por ciento valora negativamente esta propuesta, independientemente de que se amplíe el profesorado contratado.

Asimismo, la mayoría de las personas encuestadas apuestan por un inicio de curso en el que el alumnado se incorpore únicamente de manera presencial en grupos de no más de 15 alumnos. Desde CCOO, si la situación sanitaria lo permite "esa sería la opción ideal".

Por otra parte, el 47 por ciento del personal docente encuestado estima que es una medida negativa agrupar todas las asignaturas en dos únicos ámbitos en primero de la ESO, mientras que el 33 por ciento de los docentes lo considera un cambio positivo, pero no lo implementaría a lo largo del próximo curso 2020-2021.

Para la organización sindical, una medida "de tal calado no puede improvisarse" y debe ser consensuada con toda la comunidad educativa, además de que no es el momento de experimentar con una modificación del currículo "teniendo delante un próximo curso académico que va a estar lleno de desafíos a los que nos vamos a tener que enfrentar por primera vez".