Se puede llamar a huelga general y a la redistribución de la riqueza por la crisis del coronavirus y acabar siendo la "reina comunista" para Twitter pero no se puede ser reina para todo. Y es quien lo sabe ahora mismo es Britney Spears, por si había, aunque era difícil, alguna duda.

Britney Spears revoluciona las redes con su mensaje socialista

Digamos que la cantante está pasando un confinamiento por el Covid-19 algo más extraordinario de lo habitual dentro de lo ya de por sí extraordinario -en su sentido más literal- de la situación. Y es que no deja de ser noticia y sus fans no quieren que deje de subir contenido.

Porque capaz es de, aunque tuvieron "una de las rupturas más grandes del mundo" en 2002 (quien lo vivió lo sabe), salir en un vídeo bailando la canción Filthy de su ex, Justin Timberlake, y llamarle "genio", lo cual agradeció el artista, que Spears se salta la leyes de la física y asegura, ni corta ni perezosa, que si ella quiere, puede, y que ha batido el récord del mundo de velocidad de Usain Bolt corriendo 100 metros en 5 segundos.

Su confinamiento está siendo pura Britney. Y habrá quien diga que podría hacerlo mejor, pero para alguien que entró en el aislamiento con un dedo del pie roto y ofreciéndose, junto a Miley Cyrus, a ayudar en todo lo que pueda para la lucha contra la pandemia, algunos lo tildan de modelo a seguir o, directamente, como animal espiritual.

Pero quizá esta sea la peor opción, porque si te pones muy espiritual lo mismo te da por encender velas y, como ha revelado hoy, a Britney Spears no se le da bien tener velas en casa. Máxime en un gimnasio. ¿Por qué decir esto? Porque así ha sido como la artista de Toxic o Womanizer ha incendiado las instalaciones deportivas de su casa.

"Ha sido un accidente... pero vamos, sí, lo he quemado", reconoce en un vídeo que se ha grabado para su Instagram la cantante de 38 años. "Pasé por la puerta del gimnasio y las llamas, ¡BOOM! Gracias a Dios la alarma se activó y nadie resultó herido", confiesa en el texto que acompaña al clip.

"Desafortunadamente, ahora solo me quedan dos piezas de mi equipo, y un espejo de un solo lado", afirma, así como que está "agradecida" porque "podría ser mucho peor. "De todos modos, prefiero hacer ejercicio fuera", dice con su desparpajo como quien puede prenderle fuego a su propio gimnasio todos los días porque total.

"Tenía unas velas... y sí, una cosa llevó a la otra, y lo reduje a cenizas", dice al comienzo del vídeo sin cortarse un pelo y con el gimnasio, visiblemente afectado, a sus espaldas, para explicar por qué ha estado ausente estos seis meses de sus propias instalaciones en las que solía grabar los vídeos de ella haciendo ejercicios.