Metro de Madrid es uno de los servicios que no se ha parado durante la crisis sanitaria y esto es algo que obligatoriamente ha forzado a extremar las precauciones en aras de evitar contagios de trabajadores y usuarios.

Entre las principales medidas que ha implantado la empresa pública en este sentido destacan el reparto diario de 1.500 mascarillas entre los trabajadores del suburbano, que también han recibido 26.000 pares de guantes, 71.000 toallitas desinfectantes y casi 12.000 envases de hidrogel desde que estalló la crisis.

También se ha pensado en los viajeros y, para ayudarles a seguir una de las recomendaciones esenciales de la OMS para evitar contagios –la que hace referencia al distanciamiento social–, se han instalado vinilos y pegatinas rojas en los andenes para mantener al menos dos metros de distancia entre viajeros. Ya se han instalado en más de una veintena de estaciones, principalmente en las que están situadas cerca de hospitales.

Igualmente, se ha optimizado la app oficial de Metro para que los usuarios puedan saber cuándo pasa exactamente cada tren y la estación que tienen más cercana para que puedan reducir el tiempo que pasan dentro del suburbano.

En todas las estaciones y en todos los convoyes que ha sido posible se ha activado el sistema de apertura automática de puertas y desde el 8 de marzo las instalaciones del metro madrileño se desinfectan a diario.

Todo ello en una situación excepcional que ha hecho que los usuarios de este servicio público hayan caído hasta un 90% con respecto a la demanda habitual. Esto ha provocado una adaptación de las frecuencias de paso y de los horarios: se ha adelantado el cierre del servicio a las 24.00 h, frente a la 1.30 horas como es habitual.

"Metro trabaja para que tanto aquellas personas que utilizan el suburbano como los trabajadores de la empresa lo hagan protegidos y minimizando los riesgos", explica Ángel Garrido, consejero madrileño de Transportes, Movilidad e Infraestructuras.