El objetivo general del curso es formar profesionales capacitados para conocer la función de inteligencia, Ciberinteligencia, Ciberterrorismo y Ciberseguridad en el ámbito de la administración, la empresa y de las instituciones no gubernamentales.

Asimismo, según han informado a través de un comunicado, está enfocado a la formación y aprendizaje, cuya consecución mediante el seguimiento del plan de estudios diseñado permitirá a los alumnos adquirir los conocimientos y competencias profesionales necesarias para poder trabajar en estos ámbitos.

El curso, con una carga lectiva de 300 horas y un coste de 500 euros, está dirigido por Carlos Seisdedos, responsable del área de Ciberinteligencia en Internet Security Auditors. Investigador y analista de inteligencia en materia de seguridad internacional y ciberseguridad. Le acompaña Pilar Rangel, Profesora de Derecho Internacional y Relaciones Internacionales en la Universidad de Málaga y experta en terrorismo yihadista.

El curso está dividido en doce módulos donde se destacan temas globales que luego se subdividen. Entre los módulos encontramos títulos como: Fundamentos de la inteligencia, Inteligencia en materia de Ciberseguridad, El ciclo de la ciberinteligencia, cualidades del analista, inteligencia en materia de ciberseguridad, cibercrimen, ciberterrorismo de perfil yihadista, hacktivismo, y obtención de información en el ciberespacio, entre otros temas globales.

En los últimos años, Internet y las TIC (Tecnologías de la Información y las Comunicaciones) han pasado a formar parte de las actividades cotidianas, integrándose de tal manera, que facilita el día a día de prácticamente cualquier tipo de tarea, contribuyendo a la vez, y de manera decisiva en el actual desarrollo de la sociedad tal como la conocemos en la actualidad.

La tecnología digital y las diversas formas de comunicación son cada vez más importantes para los individuos y la mayoría de sectores, tanto públicos como privados de la sociedad. Podemos encontrar dispositivos digitales conectados a la red en cualquier lugar, no solo en los teléfonos inteligentes y las tabletas, sino también en los lugares más inesperados, como cocinas, automóviles o lavadoras. La generalización del uso de las TIC por parte de la sociedad, implica la aparición de nuevos desafíos e incertidumbres para la seguridad en el panorama internacional.

Con el desarrollo de las nuevas tecnologías, también se ha producido un desarrollo paralelo de la actividad criminal, provocando que las formas tradicionales de delincuencia sean superadas por el delito cibernético como el nuevo delito típico. La criminalidad organizada, como cualquier otra empresa, busca un lucro, y también está explotando las oportunidades que ofrece la creciente digitalización de nuestras vidas.

Dichas estrategias en ciberseguridad refuerzan la importancia del ciberespacio como escenario donde hacer frente a los nuevos retos y amenazas, ya que el incremento del uso y dependencia de las nuevas tecnologías por parte de los Estados genera mayores vulnerabilidades y debilidades, que serán aprovechadas tanto por el crimen organizado y grupos terroristas, como otras potencias extranjeras.