El pleno del Ayuntamiento de Valencia nombrará este jueves como hijo adoptivo de la ciudad al cardenal arzobispo Agustín García-Gasco, un clérigo muy crítico con el Gobierno socialista desde que José Luis Rodríguez Zapatero se convirtió en jefe del Ejecutivo en abril de 2004.
Los temas más polémicos que criticó el arzobispo fueron desde la política educativa a los matrimonios homosexuales, pasando por la negociación con ETA, el trasvase del Ebro o el "laicismo radical" que en su opinión impone el Gobierno central. Además, García-Gasco se ha convertido en uno de los prelados más influyentes, tras organizar la primera visita del pontífice Benedicto XVI a España, precisamente a la ciudad de Valencia.
"Si por encima de ese hito, el partido socialista decide otra cosa, no será más que sectarismo, pues jamás un miembro propuesto por cualquier grupo para un honor así ha sido votado en contra por nosotros, aunque la propuesta viniera del partido socialista", ha afirmado la primera edil.
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