El animal, de 110 centímetros de longitud y 27 kilos de peso, se negó a volver al agua cuando lo encontraron, por lo que fue trasladado a la UCI de lobos marinos del establecimiento veterinario que tiene la Coordinadora para el Estudio de los Mamíferos Marinos (Cemma) en el municipio pontevedrés de Nigrán.
"Su evolución fue favorable, lo que le permitió ganar peso y quedar fuera de peligro, por lo que superó la primera fase de la recuperación y se procedió a trasladarlo al Igafa para superar la segunda fase, la previa a su liberación", informa la Xunta.
Silbur permanecerá ahora varias semanas en un tanque exterior de gran tamaño en este centro de Illa de Arousa. Posteriormente, será embarcado para su suelta en alta mar.
El mantenimiento y la atención sanitaria del mamífero le corresponde a la Cemma, que contará con la participación voluntaria del alumnado y demás personal del Igafa. De hecho, destaca la Xunta, la estancia del lobo marino se aprovechará "para formar a los estudiantes en aspectos relacionados con el cuidado de los mamíferos marinos".
El Igafa ya participó en la recuperación de nueves ejemplares de crías de esta especie entre 2013 y 2019. El último antes de Silbur fue Barizo, un lobo marino ceniciento que llegó a las instalaciones de este centro el 6 de febrero del año pasado y que fue liberado un mes después en aguas de Gran Sol tras completar su recuperación.
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