Un experto de la Policía dice que en España hay "un problema" con los "retornados" de la yihad, que son "la excepción"

Un inspector de la Brigada Regional de Información de la Jefatura Superior de Policía de Aragón ha afirmado, este jueves, que en España "tenemos un problema" con los "retornados" que han realizado la yihad terrorista en otros países, "que retornen y no los detectemos", dejando claro que son "la excepción" y que "jamás" se debe criminalizar a los refugiados en conjunto.

Ha avisado de un problema ético-social: "Qué pasa con los niños nacidos en Siria de padres españoles" porque están "totalmente alienados" y algunos están "educando leones del Islam", lo que "va a generar problemas en los próximos años", siendo un fenómeno que implica a cientos de personas en el ámbito europeo.

Este oficial de la Policía Nacional ha impartido una conferencia en la Casa de la Iglesia de Zaragoza, organizada por la Pastoral Penitenciaria. Ha repasado la historia de la yihad menor, la violenta, hasta la actual fase del "terrorismo global", haciendo notar que, en el siglo XXI, se han producido grandes atentados, como el 11-S en Nueva York o el 11-M en Madrid, para después -a partir de 2015- llevar a cabo "atentados más blandos, con cuchillos", como los ocurridos en Londres este invierno.

Al hilo, ha destacado que los terroristas yihadistas "no atentan donde quieren, atentan donde pueden" y ejecutan "el atentado más rápido que pueden hacer y si pudieran harían más". Actualmente "están descendiendo a un nivel de atentados sin ninguna sofisticación", como los últimos reseñados. Desde las Fuerzas de Seguridad del Estado "estamos preparados", ha subrayado el oficial de la Policía Nacional.

NO-GO

Por otra parte, ha llamado la atención sobre un fenómeno sociológico ya consolidado en otros países europeos, las denominadas "Zonas NO-GO", donde se han combinado la marginalidad social con la existencia de comunidades islámicas y la Policía del país apenas está presente, por lo que se produce un fenómeno de sustitución de la función del Estado con la aparición de "la policía moral" islámica, con la que "buscan un control social, aplicar su propia ley, imponer una moral muy estricta" con excusas como frenar el tráfico de drogas.

En Francia hay decenas, apenas en España, donde solo se encuentran en Ceuta, Melilla y la conurbación de Barcelona, siendo un fenómeno inexistente en Zaragoza y en el resto de Aragón.

En la capital aragonesa "no hay barrios marginales donde se relacionen la religión y la miseria", ha observado, añadiendo que la aragonesa es "una sociedad muy integradora", con comunidades de países árabes llegadas hace cuatro décadas. "Zaragoza es una ciudad de tránsito", ha puntualizado.

En Aragón hay 33 mezquitas, 12 en la ciudad de Zaragoza, "la mayoría son un garaje donde han puesto una alfombra y entran 200 personas, y el imán no cobra; coge el Corán, lee el primer versículo y se va", ha dicho, subrayando que está prohibido hablar de política en el interior. "Tarde o temprano" España deberá "afrontar" un asunto: "¿Qué hacemos con los imanes?", puntualizando que solo se leen versículos radicales, en España, "en casos excepcioinalísimos".

"La convivencia genera multiculturalismo", ha explicado el oficial, quien ha considerado que "es deseable el multiculturalismo, que ellos dejen su rastro en Occidente", aunque ha precisado que deben hacerlo "respetando los valores y principios de convivencia de su país de residencia, que es España", de forma que "todo tiene un límite: el derecho de todos los ciudadanos".

"MUCHAS CARAS"

El yihadismo es un fenómeno "global, con muchísimos actores, con muchas escisiones y caras, poliédrico", ha continuado el inspector de la Policía, quien ha emplazado a "diferenciar el yihadismo de la religión islámica, que es una religión de paz en términos generales".

Ha expuesto que el terrorismo tiene varios factores, como son el psicológico, el estructural -sociológico, político o económico, religioso en este caso-, el ideológico y el estratégico, este último centrado en buscar "la reacción desmedida, el exceso de frenada de los Estados".

El inspector ha manifestado que muchos terroristas tienen una personalidad psicopática, "con odio visceral dentro", pero el componente generalizado es "que se habla del mandato divino" que son "elegidos de Alá para llevar la espada, la causa de Alá" y, probablemente, son personas no integradas en la sociedad que reciben "calor" y, asimismo, protección económica para ellos y sus familias, así como la promesa de ir al Paraíso y de transmitir prestigio social a sus familiares.

Estos grupos presentan un "culto absoluto al líder religioso y carismático, y deshumanizan al resto, cosifican a las víctimas para que al terrorista le sea mucho más fácil destruir cosas que matar personas", ha continuado, poniendo de relieve que "elevan el martirio personal a la máxima categoría", lo que puede calar con facilidad en personas con un bajo nivel educativo.

También ha llamado la atención sobre el hecho de que solo el 20 por ciento de los musulmanes son árabes y que la religión islámica presenta numerosas tradiciones, algunas divergentes e incluso enemigas, como la chií y la suní.

Ha mencionado la corriente salafista, que busca la islamización del Estado y que en España "no tiene, todavía, fuerza social para condicionar las vidas como en otros países", donde forman sus propios partidos, "votan en bloque y van cambiando las costumbres". Ha alertado contra quienes quieren suprimir derechos individuales y el concepto occidental de civilización.

La mayoría de los 1,9 millones de musulmanes residentes en España, el 4,1 por ciento de la población general -el mismo porcentaje en Aragón, 54.000 personas- tienen nacionalidad española, ha apuntado.

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