El pasado viernes, 17 de enero, guardas rurales de Campo de Castuera comunicaron a los agentes de la Guardia Civil que en una finca del municipio pacense de Navalvillar de Pela se hallaba una persona supuestamente cazando ilegalmente.
Trasladados los agentes al lugar de los hechos, identificaron a un vecino de Hernán Cortés, con antecedentes precisamente por delitos relativos a la protección de la fauna y la caza ilegal.
Tras su identificación e inspección de la zona, le intervinieron un total de 115 trampas conocidas como de costilla, gran parte de ellas colocadas y dispuestas para su uso, y otras, ocultas camufladas en un doble fondo practicado en el motor de su vehículo, indica la Guardia Civil en una nota de prensa.
Además, se le intervinieron 39 bolsas de raticida, algunas situadas junto a las trampas activas, con las que acababa de capturar y dar muerte a 21 ejemplares de aves silvestres, algunas de ellas protegidas e incluidas en el listado de especies silvestres en Régimen de Protección Especial, así como en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas en Extremadura.
La Guardia Civil explica que cazar estas especies con este tipo trampas prohibidas, con un carácter no selectivo para las especies, y masivo por afectar "indiscriminadamente" a estas cantidades de aves, puede ser constitutivo de un delito contra la fauna, que puede suponer para los infractores una pena de prisión de hasta dos años, con un posible incremento de la pena al ejercer la caza de manera ilegal en época de veda.
Los investigadores tratan ahora de aclarar si el destino final de estas aves era el comercio clandestino. Las diligencias instruidas son puestas a disposición de los Juzgados de Instrucción de Villanueva de la Serena.
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