Superheroínas y ciencia ficción: así ha evolucionado el papel de los personajes femeninos en este género

  • Elisa McCaussland y Diego Salgado firman ‘Supernovas. Una historia feminista de la ciencia ficción audiovisual’ (Errata Naturae, 2019).
  • Se trata de un ensayo crítico sobre cómics, cine y televisión y con perspectiva de género.
  • ​Analizan el papel de heroínas como Wonder Woman, Leia o la protagonista de 'Los juegos del hambre'.
La actriz Gal Gadot, en una imagen promocional de 'Wonder Woman 1984'.
La actriz Gal Gadot, en una imagen promocional de 'Wonder Woman 1984'.
WARNER BROS.
La actriz Gal Gadot, en una imagen promocional de 'Wonder Woman 1984'.

Hablamos con Elisa McCaussland y Diego Salgado, autores de Supernovas. Una historia feminista de la ciencia ficción audiovisual (Errata Naturae, 2019), ensayo crítico sobre cómics, cine y televisión y con perspectiva de género.

El cuento de la criada, serie basada en la novela de Margaret Atwood (1984), ha servido como inspiración estética para algunos movimientos en defensa de los derechos de las mujeres. ¿Ayuda la ciencia ficción feminista a crear futuro? “Escribimos este libro porque creemos que existe una correlación entre la ciencia ficción y el feminismo”, explican los autores. “Las cualidades utópicas y especulativas del género son idóneas para reflejar las aspiraciones del movimiento feminista en un contexto que aún hoy le es adverso y en el que queda mucho por hacer”, nos cuentan.

El siglo pasado nos dejó personajes femeninos legendarios que pusieron un foco esclarecedor sobre cuestiones como el sexismo institucionalizado o la desigualdad. Wonder Woman, Barbarella o la teniente Ripley son solo algunos ejemplos. En el nuevo milenio, la ciencia ficción feminista recoge esa herencia para seguir especulando a través de ficciones como Los juegos del hambre o Divergente sobre los derechos y la libertad de las mujeres, de las personas racializadas y el colectivo LGTBI+. Elisa McCausland, periodista especializada en cultura popular y feminismo, y Diego Salgado, crítico de cine, hacen en este libro un recorrido histórico por todas esas Supernovas capaces de alumbrar nuevas realidades, señalar peligros e indicar oportunidades. 

Una de las primeras superheroínas de la cultura popular fue Wonder Woman, surgida en formato cómic en 1941. Desde entonces, el público ha crecido con ella a través de las viñetas, las series animadas y las películas. A pesar de no estar exenta de polémica -en 2016 la ONU le retiró el cargo de embajadora tras varias quejas por su “imagen sexualizada”-, sigue siendo una guerrera inmortal. “Wonder Woman es quizá el personaje de (ciencia) ficción más feminista en la historia de la cultura popular. Todo en ella, desde su vestuario y sus armas a su filosofía como superheroína, responde a un ejercicio programático de sus creadores, William Moulton Marston, Elizabeth Holloway y Olive Byrne, para introducir el feminismo de primera ola en el ámbito del comic book. Su punto fuerte, por tanto, es su tremenda coherencia como criatura de ficción a pesar de que, a lo largo de su trayectoria, no siempre los artistas le hayan hecho justicia”, opinan. 

Cada superheroína refleja las ansias o los miedos de su época. Por ejemplo, Barbarella, es definida por los autores en el libro como “hija utópica del verano del amor y de la píldora anticonceptiva, soñada por la izquierda de la época”. La representación de la liberación sexual de la mujer y el erotismo que impregna el personaje interpretado por Jane Fonda en 1968, no dejaba de plantear ciertas contradicciones con el feminismo. “Las aventuras espaciales de Barbarella tuvieron desde el primer momento un talante rebelde, inconformista, y el objetivo explícito del personaje era la búsqueda del placer. Por ello representa a la perfección el espíritu del amor libre y los prolegómenos del feminismo de segunda ola. Con perspectiva, como analizamos en el libro, aunque supuso desde luego un revulsivo para la ciencia ficción de y para hombres producida hasta entonces, no es oro todo lo que reluce en esa configuración progresista de Barbarella, y se perciben en ella con claridad servidumbres a la programación de género de sus artífices, al fin y al cabo hombres: el historietista Jean-Claude Forest y el cineasta Roger Vadim”, nos cuentan.

La princesa Leia y el feminismo de segunda ola

Casi una década después apareció en escena Leia, la princesa de La guerra de las galaxias (1977), pero la representación de lo femenino en la saga del director George Lucas, sigue estando modelada por las premisas de lo masculino. Diego y Elisa la describen como una mujer más armada que fuerte. “Su existencia puede achacarse sin duda a los efectos en la cultura popular del feminismo de segunda ola. Sin embargo, como demostró El retorno del Jedi (1983), hay mucho en ella como personaje de erótica de la excepción, de chica entre chicos que funciona como ensoñación y que no abandona la zona de damisela en peligro y de interés romántico para los protagonistas masculinos”.

Han, Leia y Luke en 'El retorno del Jedi', episodio VI de Star Wars.
Han, Leia y Luke en 'El retorno del Jedi', episodio VI de Star Wars.
DISNEY

La teniente Ripley, el personaje de Alien (1979), podría representar una ruptura con los arquetipos femeninos anteriores. “Ripley no es equiparable a representaciones previas de la mujer en la ciencia ficción, pues no es ni un florero que grita ni una princesa, sino una trabajadora cualificada en la que se confunden los rasgos del protagonista masculino tradicional que resuelve las situaciones de peligro y que sobrevive al monstruo gracias a su ingenio”, opinan los autores. 

Sin embargo, puntualizan, “frente a la Ripley de entregas posteriores de la serie, la que protagoniza Alien es un ejemplo perfecto de hasta qué punto las proclamas del feminismo de segunda ola se disolvieron, a medida que Estados Unidos se abocaba al conservadurismo de los años ochenta, en una suerte de pragmatismo individualista por el que la mujer aspiraba tan solo a tener un hueco en el mercado laboral y a ser tan profesional y competitiva como el hombre”.

Es con Sarah Connor -la madre salvadora de Terminator (1984)- cuando vemos un personaje femenino experimentando una verdadera evolución. “Sarah Connor acaba por revelarse como la auténtica heroína de la ficción, cuando en principio solo parecía una proyección idealizada del hombre que llegaba del futuro para salvarla, y en Terminator 2: El juicio final (1991) se constituye en la heroína de acción casi definitiva de la historia del cine con permiso de la Ripley de Aliens, el regreso (1986), obra no por casualidad del mismo realizador, James Cameron”, comentan Elisa y Diego.

De la década de los 90 a 'Los juegos del hambre'

En la siguiente década, títulos como El quinto elemento (1997), Matrix (1999) o X Men (2000) reflejan las inquietudes que supone el cambio de milenio. “Durante la segunda mitad de los años noventa se refleja en el ámbito de lo fantástico un anhelo de escapar a lo establecido que halla su reflejo en Internet, la imagen digital y lo gótico. El pesimismo milenarista y un optimismo utópico se dan la mano en vísperas del nuevo siglo, y el feminismo del momento también es presa de estas convulsiones ideológicas y artísticas, que dan lugar a personajes tan sugerentes y difíciles de categorizar como la Leeloo de El quinto elemento, la Trinity de Matrix y la Mística de X-Men”, señalan.

<p>Katniss, el personaje que interpretó Jennifer Lawrence en la saga de 'Los juegos del hambre', es la superheroína más taquillera. Solo la segunda entrega, por ejemplo, recaudó 865 millones de dólares.</p>
Katniss, el personaje que interpretó Jennifer Lawrence en 'Los juegos del hambre'.
LIONSGATE

Coincidiendo con la Gran Recesión de 2008 se estrena Los juegos del hambre. Katniss Everdeen, el personaje que encarna Jennifer Lawrence, es para los autores un ejemplo elocuente de la figura de la mujer en puertas del feminismo de cuarta ola: “Una joven desclasada, víctima de una crisis política y económica contra la que se revuelve sin demasiada conciencia aún de su potencial como agente social. Entre sus enemigos no se cuenta solo el patriarcado, también representantes de los feminismos de anteriores olas, que en cierto sentido han fracasado al no materializar un futuro mejor para todas las personas. Katniss es todo voluntad y todo fuerza, aunque más allá de lo que respecta a sus seres queridos, su actitud roza lo apolítico y hasta el desencanto”.

También la ciencia ficción se ha asomado al universo del videoclip musical. Britney Spears, Taylor Swift o Katy Perry se han valido de sus códigos estéticos en diferentes videoclips. En All is full of love (1997), por ejemplo, Björk desarrolla su propia idea de lo cíborg. “Se trata de una Björk robótica que nace como objeto controlado por otros pero que, tras tener un encuentro sexual con una gemela cíborg, deviene sujeto con iniciativa propia. El videoclip es una celebración metafórica del yo, pero también una visión sobre un mundo mediado por la técnica hasta en los aspectos más íntimos, los que determinan el signo de nuestra identidad. En varios aspectos, como demuestra su influencia casi veinte años después en el filme de Alex Garland, Ex Machina (2014), A‘ll is Full of Love es una obra visionaria en la que lo cíborg se constituye, sobre todo, en reflexión sobre las oportunidades y los peligros que acarrea la tecnología a la hora de poner en cuestión nuestras programaciones de género”, nos explican.

Britney Spears, Taylor Swift o Katy Perry se han valido de los códigos estéticos de la ciencia ficción en diferentes videoclips

En cuanto a la producción en nuestro país, más allá de películas como Supernova (1992), interpretada por Marta Sánchez, o La piel que habito (2010), de Almodóvar, no tenemos muchas referencias. “En España la ciencia ficción siempre ha tenido un carácter un tanto marginal, esporádico, y no es fácil hallar títulos de este género en cine y televisión ni, mucho menos, un hilo conductor entre unos y otros que permita hablar de una tradición. A pesar de ello vale la pena repasar excepciones como Fata Morgana (1965), El refugio del miedo (1974), Abre los ojos (1997), la reciente Paradise Hills (2019), y, sobre todo, la figura de la directora María Lidón, conocida artísticamente como Luna, que durante un tiempo consagra su esfuerzo al cine de género, incluyendo una película de ciencia ficción, Stranded (2001)”.

En el cómic nacional, el género vive un buen momento y es fácil encontrar numerosos ejemplos. Entre sus autoras, Diego y Elisa destacan a  Emma Ríos, Anabel Colazo y Rosemary Valero-O'Connell. “Las tres conocen los códigos del género, han disfrutado y disfrutan de la ciencia ficción como buenas aficionadas, y están aportando argumentos y formas innovadoras que sin duda van a servir como inspiración a compañeras presentes y futuras”.

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