Un centenar de heridos en Beirut tras dos noches de enfrentamientos entre manifestantes y policías

Un manifestante devuelve de una patada un bote de gas a la Policía, durante enfrentamientos en Beirut, Líbano.
Un manifestante devuelve de una patada un bote de gas a la Policía en Beirut, Líbano.
NABIL MOUNZER / EFE
Un manifestante devuelve de una patada un bote de gas a la Policía, durante enfrentamientos en Beirut, Líbano.

Manifestantes y fuerzas de seguridad volvieron a protagonizar este domingo por la noche, por segunda jorenada consecutiva, duros enfrentamientos en el centro de Beirut, en las inmediaciones de la sede del Parlamento del Líbano. Los agentes emplearon gas lacrimógeno y las columnas de humo se podían ver desde toda la ciudad, informa Europa Press.

Cientos de personas se volvieron a concentrar en la capital libanesa, a pesar de la violencia de la jornada del sábado, que dejó más de 130 heridos en medio de una ola de protestas iniciada el 17 de octubre para protestar contra la élite política, sumida en la peor crisis en décadas ante su incapacidad de formar un gobierno estable.

Un importante contingente de antidisturbios se desplegó y empleó gas lacrimógeno y cañones de agua contra los manifestantes al poco de caer la noche.

Este mismo domingo atacantes no identificados incendiaron las sedes de los dos principales partidos políticos libaneses en las localidades de Jaribet al Yindi y Yedidat al Yuma. En la primera fue atacada la sede del Partido Futuro del primer ministro en funciones, Saad Hariri, mientras que en Yedidat al Yuma fue asaltada la sede del principal partido del Parlamento, el Movimiento Patriótico Libre del presidente libanés, Michel Aoun.

Un policía antidisturbios lanza una granada de gas lacrimógeno contra manifestantes durante enfrentamientos en Beirut, Líbano.
Un policía lanza una granada de gas lacrimógeno contra manifestantes en Beirut.
NABIL MOUNZER / EFE

La ministra del Interior, Raya Hafar al Hasán, ordenó abrir una investigación sobre estos disturbios e informó de que había heridos tanto entre los manifestantes como entre las fuerzas de seguridad.

Al Hasán responsabilizó a individuos "infiltrados" de los estallidos de violencia y pidió a los manifestantes que no toleren a quienes quieren aprovechar por motivos políticos sus protestas.

La dimisión de Hariri, presentada en octubre, solo se hará efectiva cuando el presidente del país, Michel Aoun, designe un sustituto para solucionar la parálisis reinante en Líbano, cuya economía atraviesa su peor momento desde el final de la guerra civil en 1990.

El presidente libanés convocó para el 9 de diciembre una ronda de consultas parlamentarias para elegir al nuevo primer ministro, tras constatar ciertos avances sobre un acuerdo para un candidato de consenso, si bien fue aplazada a última hora hasta el 16 de diciembre.

Manifestantes se enfrentan a la Policía en Beirut, Líbano.
Manifestantes se enfrentan a la Policía en Beirut.
NABIL MOUNZER / EFE

Las protestas en Líbano arrancaron a principios de octubre después de una caída de la moneda local por primera vez en las últimas dos décadas, pero el descontento se arrastraba desde julio, cuando el Parlamento aprobó un presupuesto de austeridad para hacer frente al déficit.

En varias ocasiones, organizaciones de derechos humanos, como Human Rights Watch o Amnistía Internacional, han criticado a las fuerzas del orden por usar la violencia excesiva contra los manifestantes por otros episodios en unas manifestaciones generalmente pacíficas, informa Efe.

A pesar de que se han barajado varios nombres como primer ministro, que debe ser suní según el sistema confesional que rigen en el Líbano desde el final de la guerra civil (1975-1990), se ha vuelto a poner el nombre de Hariri sobre la mesa para que vuelva y forme el Gobierno.

La formación rápida de un nuevo Gobierno es la condición impuesta por la comunidad internacional y la ONU para poder ayudar al país, que se ha convertido en uno de los más endeudados del mundo.

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