El ganado vacuno de Canarias, con cerca de 20.500 cabezas, emite a la atmósfera al año 45.245 toneladas de dióxido de carbono (CO2), 890 toneladas de metano (CH4) y 16 de amoniaco, entre otros gases contaminantes, según un estudio del Instituto Tecnológico y de Energías Renovables.

Este estudio, informa hoy en un comunicado el Cabildo de Tenerife, forma parte de las investigaciones que realizan los investigadores de la División de Medio Ambiente del Instituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER), sobre las emisiones de contaminantes a la atmósfera procedentes de diversas fuentes antropogénicas, como las centrales termoeléctricas, la refinería, los vertederos y las depuradoras, entre otras, así como de la calidad del aire ambiente de Tenerife, en lo que respecta a determinados contaminantes atmosféricos.

Los primeros resultados obtenidos en lo que respecta al ganado vacuno reflejan que cada vaca en Tenerife emite diariamente a la atmósfera del orden de los 6.045 gramos de dióxido de carbono (CO2), 119 gramos de metano (CH4), 2 gramos de amoniaco (NH3) y 0,024 gramos de compuestos orgánicos volátiles (COVs) no metanizados.

Por lo tanto, la cabaña en Tenerife, con un censo de unas 6.000 cabezas de ganado vacuno, podría emitir anualmente a la atmósfera del orden de las 13.245 toneladas de dióxido de carbono (CO2), 260 toneladas de metano, 5 de amoniaco y 0,052 toneladas de compuestos orgánicos volátiles no metanizados.

Estos resultados, añade la nota, se han obtenido en observaciones en granjas locales que eran usadas como una cámara de acumulación de los gases que emitía el ganado vacuno existente en su interior, con la finalidad de evaluar la tasa de emisión de los mismos mediante el uso de técnicas analíticas convencionales y sensores ópticos remotos.

La ganadería es una fuente significativa de la emisión de los gases de efecto invernadero.

De hecho, informan, desde el punto de vista global, las actividades relacionadas con la ganadería contribuyen con un 18 por ciento, equivalentes de dióxido de carbono (CO2), a las emisiones antropogénicas de los gases de efecto invernadero.

Lo que equivale incluso a un porcentaje más alto que las emisiones del sector del transporte, según los datos publicados por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en 2006.

A escala global, la ganadería en su conjunto es responsable de entre un 35 y un 40 por ciento de la emisión de metano derivada de actividades antropogénicas.

La mayor parte de estas emisiones son debidas a la fermentación en el preestómago de los rumiantes y por el almacenamiento de abonos orgánicos como estiércoles líquidos y sólidos.

En el caso del amoniaco, la ganadería a escala global es responsable del 64 por ciento de las emisiones antropogénicas totales de amoniaco, que de una manera significativa contribuyen a la acidez del ecosistema.