Isabel Soto protagonizó este lunes uno de los números más aplaudidos de la séptima entrega de Got Talent (Telecinco). La concursante, de 89 años, se presentó desde Málaga para mostrar sus dotes de bailaora, una pasión que retomó a la edad de 70 años.
La veterana se subió al escenario con sus hijos, sobrinos y nietos, y entre todos ellos dejaron al madrileño Nuevo Teatro Alcalá con la boca abierta. “Cuando siento la guitarra, las palmas y el cante, se me olvidan los dolores… se me olvida todo”, explicó la protagonista de la aclamada actuación.
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— Got Talent España (@GotTalentES) October 28, 2019
Soto aprovechó su paso por el programa para explicar su relación con el baile: “Empecé a bailar a los 17 años. Éramos una familia muy pobre, muy humilde. Ganaba 50 pesetas todas las noches. A los 24 años me casé y dejé el baile. Me dediqué a mi casa, a mi niño y a mi marido”, relató ante los ojos vidriosos de los jueces, que le animaron a continuar con esta pasión, que retomó hace 19 años.
“Yo quiero durar hasta 120 años, como Moisés. No me quiero retirar del baile hasta que Dios me quiera llevar”, contó la malagueña, a lo que Risto Mejide respondió: “Por haber retomado su pasión, usted debería durar 1.000 años, como Matusalén”. Finalmente, la concursante pasó a la siguiente fase.
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