El agujero de la capa de ozono, en su nivel más pequeño en 37 años

  • Se ha reducido en más de 6 millones de kilómetros cuadrados durante los dos últimos meses.​
  • La cálida temperatura de la atmósfera en la Antártida se ve como la principal razón.
Imagen de la capa de ozono en sus niveles en septiembre de 2019
Imagen de la capa de ozono en sus niveles en septiembre de 2019
NASA Goddard
Imagen de la capa de ozono en sus niveles en septiembre de 2019

La superficie del agujero de la capa de ozono en la Tierra que se forma sobre la Antártida cada agosto o septiembre ha llegado este año al máximo más pequeño jamás observado desde 1982, según las mediciones por satélite realizadas por científicos de la NASA y la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica), que estudian este fenómeno cada año.

El agujero de ozono en la Antártida llegó a su punto máximo el pasado 8 de septiembre, cuando se extendió por 16,4 millones de kilómetros cuadrados, esto es, un área cercana a la superficie de Rusia. Después comenzó a disminuir hasta reducirse a unos 10 millones de kilómetros cuadrados durante el resto de septiembre y primeros de octubre. Desde el pasado día 16 se mantiene pequeño pero estable y se espera que se vaya disipando gradualmente en las próximas semanas.

Esta reducción histórica se debe a patrones climáticos anormales con temperaturas inusualmente cálidas en la atmósfera superior sobre la Antártida, que limitaron drásticamente el agotamiento del ozono en septiembre y octubre y desencadenaron el agujero de ozono más pequeño jamás observado desde 1982.

En los años con condiciones climáticas normales, el agujero de la capa de ozono generalmente crece hasta un área máxima de unos 20,7 millones de kilómetros cuadrados a finales de septiembre o primeros de octubre.

"Es una gran noticia para el ozono en el hemisferio sur", dijo Paul Newman, científico jefe de Ciencias de la Tierra en el Centro Goddard de Vuelo Espacial de la NASA, quien añadió: "Es importante reconocer que lo que estamos viendo este año se debe a temperaturas estratosféricas más cálidas. No es una señal de que el ozono atmosférico esté repentinamente en una vía rápida hacia la recuperación".

"Evento raro"

Personal de la NOAA suele lanzar globos meteorológicos con 'sondas' que miden el ozono y toman muestras directamente de los niveles de ozono a través de la atmósfera. En la mayoría de los años, al menos en algunos niveles de la estratosfera, la atmósfera superior está completamente desprovista de ozono.

"Este año, las mediciones de ozono en el Polo Sur no mostraron ninguna porción de la atmósfera donde el ozono se haya agotado por completo", recalcó el científico atmosférico Bryan Johnson, del Laboratorio de Investigación del Sistema Terrestre de la NOAA.

Las temperaturas en septiembre fueron 16ºC más cálidas que la media en septiembre y a una altura de unos 20 kilómetros, algo que no había ocurrido en el registro histórico de 40 años en septiembre. Además, ese sistema climático debilitó el vórtice polar antártido, lo derribó de su centro normal sobre el Polo Sur y redujo la fuerte corriente en chorro que suele producirse en septiembre en la Antártida a una velocidad media de unos 108 km/h, cuando lo normnal son casi 260 km/h.

Este año es el tercero en cuatro décadas en que los sistemas climáticos han causado temperaturas cálidas que limitan el agotamiento del ozono, según Susan Strahan, científica atmosférica de la Asociación de Investigación Espacial de las Universidades, que trabaja en la NASA. Patrones climáticos similares en la estratosfera antártica también ocurrieron en septiembre de 1988 y 2002, y produjeron agujeros de ozono atípicamente pequeños.

"Es un evento raro que todavía estamos tratando de entender. Si el calentamiento no hubiera sucedido, probablemente estaríamos viendo un agujero de ozono mucho más típico", apuntó Strahan.

¿Qué es el ozono?

El ozono, que se produce naturalmente en pequeñas cantidades en la atmósfera, es una molécula altamente reactiva compuesta por tres átomos de oxígeno en lugar de los dos que forman el oxígeno molecular, mucho más abundante. En lo alto de la estratosfera, entre 10 y 48 kilómetros por encima de la superficie terrestre, la capa de ozono actúa como un protector solar, resguardando a la Tierra de la radiación ultravioleta potencialmente dañina, que puede causar cáncer de piel, cataratas y debilitar el sistema inmunológico, así como dañar las plantas. El ozono es también uno de los gases de efecto invernadero primarios que regulan la temperatura del planeta.

El agujero de ozono en la Antártida se forma en el hemisferio sur al final del invierno, entre agosto y septiembre, cuando los rayos del Sol vuelven después de meses de noches polares. La luz solar inicia reacciones catalíticas que producen formas químicamente activas de cloro y bromo que se concentran sobre el Polo Sur durante el invierno, y que destruyen rápidamente las moléculas de ozono.

El ozono antártico disminuyó lentamente en la década de 1970, con grandes déficits estacionales que aparecieron a principios de la década de 1980. Investigadores del British Antarctic Survey descubrieron el agujero de ozono en 1985 y estimaciones satelitales de la NASA lo confirmaron después.

En 1987 se aprobó el Protocolo de Montreal relativo a las sustancias que agotan la capa de ozono, que están disminuyendo lentamente. Los científicos esperan que el agujero de ozono vuelva a los niveles de 1980 alrededor de 2070.

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