La población extranjera ha crecido un 22'57% en un año y es el sector que impulsa la demografía de Zaragoza y ya consigue incluso rejuvenecer los barrios más envejecidos. Sin la inmigración, la capital aragonesa tendría un crecimiento vegetativo negativo; es decir, morirían más personas de las que nacen. Así lo reflejan los últimos datos demográficos oficiales de la ciudad a fecha de 1 de enero de 2008.

En la capital aragonesa ya hay 682.283 personas censadas, lo que consolida la tendencia ascendente de la última década. El número de extranjeros se sitúa en estos momentos en los 92.491, lo que supone un aumento del 22,57% en el último año, frente al 2,29% del incremento total de la ciudad (hay 15.249 vecinos más).

Este crecimiento, según el Ayuntamiento, se está traduciendo en aspectos muy positivos: se está reactivando el trabajo y el consumo (por cada 7 nuevos inmigrantes, se crea un puesto de trabajo) y el Casco Histórico se está repoblando y la edad media de la población se está rebajando (los inmigrantes tienen una media de edad de 33 años frente a la de 41 años la población total de Zaragoza).

A pesar de esta subida, el Ayuntamiento reconoció estar preparado para una posible crisis laboral después de la Expo, gracias a proyectos como la Milla Digital y la construcción de pisos protegidos.

Rumanía y Ecuador son las colonias más numerosas con 27.620 personas (el 30% del total de los inmigrantes)y 10.997 vecinos respectivamente. La mayor parte de la población extranjera se concentra en el barrio de las Delicias (25,1%), seguido de San José (12,2%) y el Casco Histórico (11,7%).

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