Luz natural, inteligencia artificial y menos ruido... así serán las escuelas del futuro

Pasillo de un colegio.
Pasillo de un colegio.
EUROPA PRESS
Pasillo de un colegio.

Representantes de más de 70 países se han reunido para debatir e intercambiar propuestas, con el objetivo de hacer frente a los retos del cambio climático. Lo han hecho en la Cumbre de Alcaldes (C40), celebrada a lo largo de la semana en Copenhague, donde la Real Academia de Dinamarca de Arquitectura, Diseño y Conservación, ha presentado un diseño sostenible que favorece la atención de los alumnos.

Las escuelas del futuro aprovecharán al máximo la luz natural, usarán la inteligencia artificial para mejorar el uso de sus espacios y reducirán el ruido en las aulas con una distribución inclusiva. Algunos centros pioneros, ya han empezado a hacer estos cambios y según los arquitectos, son un ejemplo para el resto.

Estas son cinco de las mejores prácticas:

1. Luz natural para favorecer el aprendizaje

Tener múltiples ventanas en el techo y en las paredes crea espacios más acogedores que estimulan el proceso de aprendizaje. Así lo ha hecho la escuela alemana Hessenwald, en Weiterstad (centro), que utiliza al máximo la luz natural y recurre a la eléctrica como alternativa secundaria.

2. Uso de la inteligencia artificial para mejorar su diseño

La inteligencia artificial es una aliada "fundamental" para la gestión de las escuelas, defiende Mads Toftegaard Madsen, dirigente de la ciudad danesa de Fredensborg (noreste).

Con esa premisa, el proyecto de reforma de la escuela pública de Kokkedal, una de las principales de su municipio, cruza los datos disponibles sobre las costumbres de los estudiantes para saber por ejemplo cómo invertir en ventilación o iluminación.

3. Una conexión directa con la ciudad

El colegio se construye como un espacio cultural y de intercambio entre ciudadanos y estudiantes y se integra en su entorno. Así, la escuela Sydhaven, en Copenhague, fue levantada en una zona portuaria e imita a un navío.

Está conectada por una gran escalera a un canal, que sirve como ambiente de convivencia y aprendizaje. Sus dos primeras plantas son zonas públicas, la cafetería vende comida para toda la población y el patio se usa como plaza.

"Los alumnos necesitan muchos más espacios, sociales y culturales, además del aula", afirma Katja Viloft, socia de su constructora, el gabinete de arquitectura JJW Architects.

4. Menos ruido para ganar en eficiencia

Para la escuela danesa Frederiksbjerg, en Arrhus (este), fue primordial reducir el ruido para optimizar el aprendizaje. En vez de aulas tradicionales, con estudiantes en filas, los colocaron por grupos en mesas amplias de debate.

Optimizando la luz natural y apuntando de forma estratégica la artificial, han conseguido estudiantes más tranquilos, además de reducir el ruido y el gasto de luz, según Jakob Strømann-Andersen, socio del estudio de arquitectura Henning Larsen.

5. Espacios amplios y transparentes para combatir la ansiedad

La idea de la Facultad estadounidense de Negocios Carl H. Linder, en Ohio (noreste), fue crear grandes espacios al aire libre para luchar contra la soledad y la depresión, problemas identificados como graves entre los jóvenes estadounidenses.

El centro transformó lugares de circulación en espacios de interacción social. Esa premisa, según Strømann-Andersen, genera un círculo vicioso: los estudiantes se sienten menos solos, aprenden mejor y, como efecto final, la propia escuela ve mejorada su imagen.

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