Hay detalles que por mucho que veamos, no percibimos. Y cuando lo hacemos, no sabemos su motivo. Quizá te hayas fijado en que los bordes de los motores de los aviones nunca están pintados, sino que conservan su aspecto metalizado. ¿Por qué?
Hay varios motivos, explica Gizmodo, y ninguno estético, sino relacionados con la ciencia y la seguridad. En el borde delantero de las alas y de los motores se suele formar hielo, y los aviones tienen la capacidad de redirigir el aire caliente a este borde planteado y evitarlo. Hay que tener en cuenta que el metal es un buen conductor térmico, y la pintura afectaría a esta función.
Otro motivo técnico: la aerodinámica del borde del motor es fundamental para la eficiencia, y si se pinta, esa capa podría añadir imperfecciones al avión.
Por último, hay un motivo de seguridad: sin un trozo de pintura cayera dentro del motor, que suele ser muy delicado, podría ser muy peligroso.
¿Y por qué se pintan entonces los aviones de blanco? En primer lugar porque este color refleja más la luz y evita que se caliente la nave. Además, es más barato y facilita una posterior venta a otra aerolínea, que tendrá que emplear menos tiempo y dinero para rediseñar el aspecto de la nave.
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