España volverá a las urnas tras cinco meses de bloqueo político

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta, Carmen Calvo, abandonan el hemiciclo durante la segunda y última sesión de control este miércoles en el Congreso.
El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta, Carmen Calvo, abandonan el hemiciclo durante la segunda y última sesión de control este miércoles en el Congreso.
EFE/ FERNANDO VILLAR
El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta, Carmen Calvo, abandonan el hemiciclo durante la segunda y última sesión de control este miércoles en el Congreso.

Casi cinco meses después del 28-A, el rey puso ha puesto este martes fin al juego de sombras chinas por el que desde entonces han transitado los partidos políticos. Tras escuchar durante dos días a los 15 portavoces y líderes políticos que pasaron por su ronda de consultas, Felipe VI ha constatado que el ganador de las elecciones, Pedro Sánchez, no tiene apoyos suficientes para ser investido de nuevo. Por eso, ha comunicado a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, su decisión de "no formular una propuesta de candidato a la Presidencia del Gobierno".

En consecuencia, el lunes que viene se disolverá automáticamente el Parlamento y, según dicta la Constitución, se convocarán unas nuevas elecciones generales que se celebrarán el 10 de noviembre. Serán los quintos comicios a los que serán llamados a participar los españoles este año –tras las generales del 28-A y las europeas, autonómicas y municipales del 26-M– y las cuartas generales que se convocan en España desde diciembre de 2015, en un periodo en que lo normal habría sido solo una convocatoria.

La decisión del rey cumplió las expectativas del PSOE y del presidente en funciones, que a ojos de sus adversarios políticos se confirmó ayer como el gran responsable de que no haya sido posible la investidura. También, por tanto, de que el país vaya a estar con un Gobierno en funciones al menos hasta enero del año que viene, con una lista de decisiones paralizadas, entre ellas la elaboración de unos nuevos Presupuestos Generales del Estado para 2020 dentro de los plazos establecidos.

Sánchez podría haber optado por construir un acuerdo con Unidas Podemos en base a la coalición que ofreció en julio y que esta formación siguió exigiendo hasta el final. En las últimas 24 horas se le presentó otra alternativa y podría haber explorado la posibilidad que le puso sobre la mesa Albert Rivera para pactar la abstención de Ciudadanos a cambio de que convocara una mesa para "planificar" la aplicación del 155 en Cataluña para que se cumpla la ley, que deshiciera el Gobierno en Navarra, constituido gracias a la abstención de Bildu, y se comprometiera a no subir los impuestos a clases medias y autónomos. En conversación telefónica con Rivera y por carta, Sánchez ha insistido este martes en que su Gobierno ya garantizaba estas cuestiones, en una respuesta que Rivera ha calificado de "tomadura de pelo" y que ha hecho que comunicara al rey su voto en contra en una eventual votación de investidura, que no se producirá.

PSOE, PP y Unidas Podemos han coincidido en calificar de "tacticista"y "electoralista" esta última oferta de Rivera, que además, habría necesitado para prosperar que los de Iglesias aceptaran un eventual pacto entre Sánchez y Rivera y mantuvieran su abstención. No obstante, se ha convertido in extremis en una opción a la que el presidente también ha dicho que no.

Dos ofertas

"Tiene dos ofertas encima de la mesa, le pedimos que elija", dijo por la mañana Pablo Iglesias, que tras conocer que el rey no designaba candidato, ha tuiteado que "Sánchez comete un error histórico de enormes dimensiones forzando otras elecciones por una obsesión con acaparar un poder absoluto que los españoles no le han dado".

Una crítica similar le han hecho Rivera y Casado, que han vuelto a escenificar estrategias opuestas con respecto a la investidura y Sánchez. Rivera se lanzó a última hora a un pacto para intentar dejar claro que él no era responsable del "bloqueo" mientras que Casado se ha mantenido en el 'no' para, dijo, además de liderar la oposición, ser "alternativa" de Gobierno. En todo caso, coincidieron en las críticas. "Sánchez ni acepta negociar con sus socios ni una solución de Estado", ha dicho el líder naranja. "Tenemos la sospecha de que no quería formar Gobierno, lo que quería eran unas elecciones. Y todo parece indicar que ya lo ha conseguido. Solo espero que, si se convocan elecciones, no le salga gratis", ha manifestado Casado antes de confirmarse que, efectivamente, el rey no propondría candidato.

Sánchez lo ha intentado "por todos los medios"

Como era de esperar, la lectura de todo lo ocurrido por parte de Sánchez es completamente distinta. En una comparecencia en La Moncloa ha descartado cualquier responsabilidad en la repetición electoral y ha insistido en culpar tanto a PP y Cs como a Unidas Podemos por no haber permitido, con su abstención o su apoyo, la formación de un «gobierno progresista» y "estable". Ha cargado especialmente contra Iglesias, a quien en varias ocasiones ha hecho responsable de impedir, "dos veces en 2016 y otras dos en 2019", un Gobierno progresista. Y ha alejado de sí toda culpa. "Lo he intentado por todos los medios, pero nos lo han hecho imposible", ha dicho

Sánchez ha asumido que la decisión del rey de no designar candidato a la investidura supone pasar definitivamente a la fase preelectoral, a pesar de que dos de los partidos que más perjudicados podrían resultar el 10-N, Cs y Unidas Podemos, estes aún insistían en que que todavía había tiempo para negociar antes del lunes. El presidente ha evaporado toda esperanza  en una comparecencia que le sirvió para hacer su primer mitin electoral, con reparto de culpas, balance de Gobierno, retos por delante y donde hasta hubo una petición indirecta de voto. El 10-N, dijo "pediremos [a los españoles] que digan aún más claro" que quieren un gobierno del PSOE.

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