Ellas fueron las pioneras

Esther Yáñez, tomando el mando de la patrullera Laya en 2005. A la derecha: la comandante Begoña Aramendía.
Esther Yáñez, tomando el mando de la patrullera Laya en 2005. A la derecha: la comandante Begoña Aramendía.
Esther Yáñez, tomando el mando de la patrullera Laya en 2005. A la derecha: la comandante Begoña Aramendía.

Son dos de las más veteranas en un mundo que siempre fue de hombres. Begoña Aramendía, 42 años, y Esther Yañez, de 37, han hecho historia en el Ejército.

Es más difícil conciliar la vida familiar
La comandante Aramendía nos atiende antes de partir hacia la misión española en el Líbano.
Ella es la pionera por excelencia. Se alistó en la primera promoción junto con otra chica en 1989. Hoy es fiscal de la Sala de lo Militar del Supremo.

En su caso, como en el de la mayoría de las veteranas, la tradición y la familia tiran. Sus abuelos, su padre, sus primos, y ahora su marido, son militares. Su trabajo es su devoción y admite que nunca, ni cuando comenzó hace 19 años, se ha sentido una extraña en un mundo dirigido por hombres. "Tenemos los mismos derechos y obligaciones", aunque reconoce que con uniforme "es más difícil conciliar la vida familiar".

La primera que entró en la Armada

Esther Yañez es la primera mujer que entró en la Armada y la primera que ha alcanzado el mando de un buque (un patrullero con 20 hombres a sus órdenes).

Hacen falta más mandos femeninos
Es
una de las tres tenientes que hay en la Marina (el rango más alto alcanzado por una mujer). Lo suyo también viene de cuna.
Su padre es coronel y su tío, almirante. No cree que sea importante que se llegue a la paridad en el Ejército: "Lo importante es que hombres y mujeres tengan las mismas oportunidades. Hacen falta más mandos femeninos, ayudaría a la normalidad".
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