Tanta Europa
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Sánchez negocia 'in extremis' un alto cargo para España en la UE

  • Las presidencias de la Comisión, el Consejo y el Parlamento quedan descartadas.
  • El puesto de Alto Representante parece una quimera, dado que iría a parar al PPE.
Pedro Sánchez, con Donald Tusk en Bruselas.
Pedro Sánchez, con Donald Tusk en Bruselas.
EFE
Pedro Sánchez, con Donald Tusk en Bruselas.

El reparto de altos cargos en la Unión Europea es un rompecabezas. Pero el tiempo apremia y las decisiones finales tienen que llegar como muy tarde este lunes, dado que mañana ya se constituye el nuevo Parlamento Europeo y todos los nombres tienen que estar sobre la mesa. En ese marco de tanta prisa, Pedro Sánchez ha sido una de las voces principales, pero no parece que su presencia se vaya a transformar en un top job para España.

Este domingo se celebra en Bruselas la reunión definitiva del Consejo Europeo, y por el momento y salvo sorpresa, el puzle se queda sin piezas españolas. El planteamiento del todavía presidente del Consejo, Donald Tusk, coloca al candidato socialista Franz Timmermans –y así salvar el sistema de candidato principal implantado desde 2014 a través del cual las familias europeas apoyan a un único nombre, de tal manera que el proceso no queda en manos de los Estados miembros – en la presidencia de la Comisión, lo que desplazaría al popular Manfred Weber a presidir el Parlamento Europeo. El Consejo, siguiendo esa línea, iría a caer en manos de los liberales, con el primer ministro Charles Michel como uno de los favoritos, aunque no se puede descartar a Margrethe Vestager.

Sánchez se ha sentado en la misma mesa que Merkel y Macron para negociar ese reparto, pero a España parece que ya solo le queda un as en la manga: el cargo de Alto Representante para la Política Exterior, e incluso ahí las opciones son más bien escasas. Borrell, Calviño o Ribera son algunos de los nombres que podrían encajar.

El ministro de Exteriores en funciones ya renunció a ser eurodiputado y tras encabezar la lista europea el 26-M, podría recular del todo y quedarse en la política nacional. Además, el Alto Representante podría acabar siendo una exigencia del Partido Popular Europeo –amparado en que es el grupo mayoritario de la Eurocámara y tendría que obtener dos top jobs–. En ese punto, las posibilidades de España quedarían completamente dilapidadas.

Para ese sillón, los rumores apuntan a un nombre de mujer. La búlgara Kristalina Georgieva, exvicepresidenta de la Comisión, la alemana Ursula von der Leyen, ministra de Defensa de Merkel desde 2013 o la presidenta croata Kolinda Grabar-Kitarović, aunque sus acercamientos a la extrema derecha le restan papeletas. Con todo, el laberinto tiene que quedar este lunes completamente despejado.

El reparto para los altos cargos de las instituciones comunitarias que se renovarán el próximo otoño incluye también la presidencia del Banco Central Europeo, aunque este puesto, que pesa también en los equilibrios ha tener en cuenta, no se ha tratado en el encuentro de Tusk con la Eurocámara.

Tusk ha avisado en su encuentro con los eurodiputados que este equilibrio será el "punto de partida para la discusión" y no una apuesta personal, mientras que los jefes de grupos en la Eurocámara le han avisado de que cualquier nombre distinto al de los cabeza de lista se enfrentaría al rechazo en el Hemiciclo que tiene que dar su visto bueno al futuro jefe del Ejecutivo comunitario.

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