Pilar Goya ha sido un soporte fundamental en la vida de Alfredo Pérez Rubalcaba, fallecido este viernes a los 67 años a consecuencia de un ictus. La viuda del político socialista no se separó de él tras su hospitalización el pasado miércoles, y desde este viernes ha estado presente en la capilla ardiente instalada en el Congreso de los Diputados.

A lo largo de su matrimonio de 40 años con Rubalcaba, Pilar Goya ha mantenido un perfil discreto, tal y como recoge La Otra Crónica. No tuvieron hijos, pero acogieron a dos sobrinos de uno de los hermanos de Goya tras su fallecimiento hace casi 20 años. "Son como los hijos que no ha tenido", se refería un amigo del político en una entrevista en Vanity Fair en 2011.

Los dos venían de familias acomodadas, y aunque se conocían desde pequeños por haber estudiado en el Colegio del Pilar de Madrid, no fue hasta 1968, al entrar en la Facultad de Químicas, cuando se convirtieron en inseparables. Allí, la pareja formó amistad con Jaime Lissavetzky, exsecretario de Estado para el Deporte con Zapatero, y su ahora esposa.

Una vez finalizaron la carrera, Pilar Goya se doctoró en Ciencias Químicas por la Universidad Complutense de Marid. Tras completar ese doctorado con una estancia en la universidad alemana de Konstanz, en 1979, Rubalcaba y Goya contrajeron matrimonio.

Ambos se han apoyado mutuamente en los momentos más difíciles, como cuando en un corto periodo de tiempo fallecieron por diferentes causas tres de los cuatro hermanos de Pilar Goya, y decidieron acoger a dos sobrinos de uno de los hermanos.

En la actualidad, Goya es profesora de investigación del CSIC en el Instituto de Química Médica, cargo que compagina con el de presidenta de EuChemS (European Chemical Society).

Cuando Rubalcaba se retiró en 2014 de la vida Política, Goya también le sirvió de gran ayuda para ponerse al día y retomar su actividad académica como profesor universitario.