Votantes del 1-O no saben explicar en el juicio del 'procés' de dónde salieron las urnas para la votación

Votantes del 1-O han destacado en el juicio del procés que el punto de inflexión de aquella jornada fue la súbita aparición de las urnas, que ninguno ha sabido explicar más allá de que "una persona disfrazada", "chicos" o "señores" se bajaron de coches y las entregaron a los vecinos.

Casi ninguno vio 'in situ' la llegada del material electoral a pesar de que muchos pasaron la noche encerrados en los colegios, lo que resulta incomprensible a ojos de las acusaciones. "Creo que un chico las dejo allí"; "Sé que llegaron, nada más" o "Llegó un coche con urnas", han dicho.

Tampoco los votantes han precisado donde estaban los Mossos o si desde su posición podían ver cuándo se producían estas repentinas apariciones. A todo ello se sumó, según los testigos, que los vecinos decidieron autoorganizarse y dar la cobertura logística al referéndum.

La colaboración era "total", han declarado, hasta el punto de que decidieron facilitar material necesario para la votación, como alargadores o tabletas e, incluso, uno de ellos fue a la churrería del barrio cuando los demás tenían hambre: "Compré una bolsa de churros y lo compartimos entre todos".

Hubo quienes acudieron a casa de un vecino para volcar a mano en su ordenador personal los resultados y los datos de los votantes; un Policía nacional jubilado ha explicado que se designó él mismo voluntario para formar una de las mesas.

En línea con las anteriores jornadas, los testigos han hecho hincapié en que los Mossos no pudieron entrar en los colegios porque los votantes se lo impidieron. "Evidentemente venían con la intención de ejecutar sus órdenes", ha dicho un vecino de Caldes de Montbui (Barcelona).

"Obstaculizando de manera pacífica"

Otro testigo, que ha descrito el 1-O como "un hito colectivo", entendía que "obstaculizando de manera pacífica" su intervención estaban ejerciendo una desobediencia "legítima y de responsabilidad".

Sí que hubo un caso, en Seva (Barcelona), en el que llegaron "cinco furgonetas" de Mossos y, tras hablar con los concentrados, incautaron las urnas y se fueron. "Hubo decepción, ha relatado la testigo.

Pero lo que han dejado claro todos es que "en ningún caso" hubo violencia en sus centros, por los que no pasó ni la Policía ni la Guardia Civil, a excepción de uno de ellos, el Instituto Quercus, de Sant Joan de Vilatorrada (Barcelona).

Allí, según un policía jubilado que fue a votar, sí que acudió la Guardia Civil que, sin decir "ni una palabra", empezó "a golpear a todo lo que había" hasta que llegaron a la puerta, que rompieron con un mazo pese a que, ha dicho el testigo, estaba abierta.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento