Las 'kellys' aún esperan las reformas prometidas por el Gobierno

Mari Mar Jiménez, camarera de piso miembro de Las Kellys.
Mari Mar Jiménez, camarera de piso miembro de Las Kellys.
Elena Buenavista
Mari Mar Jiménez, camarera de piso miembro de Las Kellys.

Corría el mes de agosto del año pasado y el recién nombrado presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, reafirmó su voluntad de "poner fin a las injusticias que sufren colectivos como las kellys" –con las que ya se había reunido Mariano Rajoy meses antes–.

Para ello, el Gobierno socialista había aprobado su Plan Director por un Trabajo Digno 2018-2020, en el que buscaba acabar con fraudes laborales en sectores especialmente precarizados, como las propias camareras de piso de los hoteles, conocidas coloquialmente como kellys, acrónimo de "las que limpian".

Sin embargo, ocho meses y una victoria electoral socialista después, las kellys defienden que su situación no ha cambiado a pesar de las numerosas promesas realizadas desde el Gobierno. "Los políticos, que hablen menos y hagan más, porque las palabras se las lleva el viento", declara Ángeles Muñoz, miembro del colectivo Las Kellys, que ha asumido la lucha por los intereses de las trabajadoras del sector ante la escasa implantación de los grandes sindicatos.

Las camareras de piso, un colectivo laboral casi íntegramente conformado por mujeres, denuncian quela reforma laboral aprobada por el PP en 2012 ha repercutido dramáticamente en su situación. Numerosas cadenas hoteleras han optado por contratar a las camareras de piso a través de empresas multiservicios, abaratando costes, pero provocando un importante empeoramiento en los salarios y las condiciones laborales de estas trabajadoras.

"A partir de 2012 hay un bajón de precariedad increíble, se pasó de cobrar unos 1.000 euros a algunas que están ahora cobrando 480, es vergonzoso", declara Mari Mar Jiménez, también miembro de Las Kellys.

Impacto nulo para las 'kellys'

El Plan Director del pasado verano, se centró en la búsqueda de fraudes laborales mediante inspecciones de trabajo y, de hecho, logró convertir 61.445 contratos temporales irregulares en indefinidos entre agosto y diciembre de 2018, según datos del Ministerio de Trabajo. Sin embargo, su impacto en la situación de las camareras de piso ha sido escaso, por no decir nulo.

"El de las camareras de piso es un tema complejo, vinculado a cuestiones legales que posibilitan esta externalización más que a fraudes laborales", explica Mercedes Martínez, portavoz de la Unión Progresista de Inspectores de Trabajo.

Según Martínez, los inspectores han tratado de detectar cesiones ilegales o irregularidades en el convenio de estas trabajadoras para mejorar su situación, pero se han visto con las manos atadas al tratar de atajar el autentico motivo de su empeoramiento de condiciones laborales: la externalización. "Es una realidad que es muy difícil deshacer si no hay una reforma legal", explica la inspectora.

Ante esta situación, la actual ministra de Industria en funciones, Reyes Maroto, prometió a Las Kellys una reforma del Estatuto de los Trabajadores. La reforma estaría destinada a garantizar que las kellys mantuvieran sus condiciones anteriores en sus nuevas empresas multiservicios, una circunstancia con la que había acabado la reforma laboral de 2012.

Las promesas de Maroto

La primera reunión entre Maroto y Las Kellys tuvo lugar en septiembre del año pasado, cuando se prometió que la reforma se produciría "para finales de octubre o principios de noviembre", según narra Muñoz. En enero de este año, la reforma seguía sin llegar y kellys y ministra volvieron a encontrarse, esta vez en la Feria Internacional de Turismo (FITUR).

Jiménez llamó "embustera" a Reyes Maroto que volvió a insistir en que la reforma se iba a firmar muy pronto. "Si la primera vez fui muy escéptica, esta vez, aún te creo menos", le respondió Jiménez a la ministra.

Lo cierto es que, más de medio año después de la primera reunión, la reforma ha sido rechazada en la Comisión de Empleo del Congreso, según indican fuentes de Industria, y Las Kellys dicen haber perdido toda confianza en el Gobierno liderado por Sánchez y la clase política española en general.

"Se les llena la boca con que quieren acabar con la precariedad y que quieren justicia social, ¡pero si nos habéis metido en la miseria con la reforma laboral!", sentencia Muñoz.

Mari Mar Jiménez: "Si quieres saber si es una kelly, mírale las manos"

Tras más de 25 años trabajando como camarera de piso, Mari Mar Jiménez acumula todas las lesiones habituales en su sector, desde hernias y artritis a lesionesvertebrales y en las articulaciones y asegura llevar 8 años medicándose diariamente para paliar dolores crónicos.

Jiménez narra también un largo historial de acoso y precariedad laboral que incluye haber sido despedida tras un accidente y por estar embarazada. "Todas esas cosas te las comes como mujer que eres porque, si eres un hombre, eso no te pasa".

Convertida en una de las voces de Las Kellys, Jiménez participó en la lectura del manifiesto del pasado 8 de marzo en Madrid.

Dos años y medio de lucha por los derechos de las kellys

  • Octubre de 2016: Fundación de Las Kellys. Cinco representantes de camareras de piso de varias partes de España se reunieron en Madrid tras contactar por redes sociales y conformaron Las Kellys como asociación.
  • Abril de 2018: Reunión con Mariano Rajoy. El entonces presidente del Gobierno recibió a varias representantes de las kellys en la Moncloa, aunque la reunión terminó sin ningún avance y no se produjeron reformas.
  • Octubre de 2018: Las promesas de Reyes Maroto. La presidente de Industria socialista prometió a las kellys una reforma en el Estatuto de los Trabajadores, pero, seis meses después, no se ha aprobado en el Congreso.
  • Marzo de 2019: Premio TO DO a los derechos humanos. Las kellys recibieron este premio en la feria ITB de Berlín en marzo y varios turoperadores europeos han dejado de contratar hoteles con externas en España.
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