La oposición rechaza de forma rotunda los Presupuestos de Pedro Sánchez. Ese fue el mensaje durante las últimas semanas y ese fue el discurso que impulsaron este martes en el Congreso tanto Pablo Casado como Albert Rivera. Para ambos, las cuentas son malas para España, y con ese argumento buscaron poner contra las cuerdas al presidente ante la sombra de un posible adelanto electoral si el proyecto no sale adelante en la votación del miércoles.

El presidente del PP vinculó su discurso a las relaciones entre el Gobierno y los independentistas, con constantes referencias al juicio del procés. Sobre las cuentas, apuntó que están "heridas de muerte" antes de la votación. "Vaya papelón le ha tocado", le dijo a la ministra de Hacianda, María Jesús Montero. "Estos Presupuestos lo que pretenden es financiar una campaña electoral del señor Sánchez", sostuvo. "España se le queda demasiado grande", le espetó al presidente.

"Vienen a decir que tenemos que apoyar unas cuentas que pretenden seguir financiando la ruptura de la legalidad", esgrimió el líder conservador, y afeó a la titular de Hacienda el hecho de que en su exposición decidiera "abroncar a quien acata la constitución y atacar a quienes no cumplen con ella". En este sentido, acusó al Ejecutivo de hacer "cesiones por debajo de la mesa" al Govern de Torra.

Para Casado, los Presupuestos son una manera de alargar las negociaciones y las "cesiones" al secesionismo. "Es la última posibilidad de sujetarse después de haber chocado con el iceberg", comentó, en relación con la movilización del pasado domingo en Colón.

Desde la tribuna, el líder popular recordó la posición de Bruselas. "Ni la Comisión Europea se cree estos Presupuestos", y recurrió a una metáfora: "No se pueden meter unos presupuestos del 41 en un zapato del 33" porque "o rompe el zapato o no deja caminar en este caso a España".

"Ustedes generan miseria, paro y déficit", siguió Casado. De forma intensa, recordó que "Sánchez ya era diputado cuando Zapatero dejó a España en la ruina" y defendió las políticas económicas de Rajoy: "Que vengan a decir que la política del PP era mala, es algo que además de ser incierto es sagaz". Una de los principales rechazos del grupo popular, de hecho, fue la subida de impuestos. "Más de 5.000 milones", aclaró Pablo Casado.

También tuvo elogios para el Ejecutivo de Rajoy. "El salario mínimo ya lo subió el Partido Popular", recordó, y avisó de que la subida planteada por los socialistas tendrá "efectos negativos". En palabras de Casado, todo esto "supone un hachazo fiscal".  Y citó a Reagan, diciendo que la economía socialista es "intervencionismo para que paguen siempre los más necesitados".

"Estos Presupuestos son los más nefastos de la democracia, y ni usted misma confía en aprobarlos", esgrimió dirigiéndose a Montero, y miró hacia unas posibles elecciones: "Bienvenidas sean, porque ustedes tienen que ser desalojados del Gobierno". Miró entonces a Pedro Sánchez: "Él mismo se aplaude mientras el resto le silba". Casado aseguró que "su huida se ha acabado" y sentenció que "nunca nadie hizo tanto mal en tan poco tiempo".

La portavoz del Grupo Popular, Dolors Montserrat, por su lado, dio por "terminada" la legislatura: "El único camino es convocar elecciones. Será una moción de censura contra Pedro Sánchez", avisó. Para la diputada, estas cuentas "son la historia de un fracaso".

En su turno de respuesta, la ministra Montero elevó el tono y aseguró que los populares no pueden dar lecciones de constitucionalismo al PSOE. "Cuando nosotros defendíamos la Constitución, ustedes ni existían", dijo. En términos del conflicto catalán, Montero se cuestionó "cuál es la alternatuva" que tiene el PP: "¿Un 155 sine die?"

Durante su intervención, la titular de Hacienda entró en una discusión con Casado por su "lenguaje guerracivilista" y sus "ataques" a las mujeres, recordando las afirmaciones del líder del PP sobre el aborto. Acusó al presidente conservador de usar "afirmaciones falsas", y solicitó que su formación sea "leal con los ciudadanos". Asimismo, en referencia a los "milagros económicos" de Aznar y Rajoy a los que se refirió Casado, la ministra apuntó que "el milagro económico está en la cárcel", referida a Rodrigo Rato.

Además, negó cualquier "milagro económico" del Gobierno de Rajoy. "El logro de este Ejecutivo es presentar unas cuentas públicas que cumplan con Bruselas", terminó, antes de pedir a la oposición que deje de "contar votos" y se ocupe "de los problemas de los españoles".

Albert Rivera se encargó de cambiar de tercio. El presidente de Ciudadanos quiso desmarcarse del "espectáculo del bipartidismo" y hablar "solo de los Presupuestos". Para el liberal, las cuentas son "malas para los españoles y malas para el futuro". Es más, habló de "sablazo" a la clase media.

"Europa les avisa: están en la mentira, en el fraude, engañando a los ciudadanos", prosiguió. Rivera considera que los PGE de Sánchez "carecen de credibilidad" y si eso pasa, "a todos nos cuesta dinero".

Con el Gobierno socialista, España va camino de ser "campeona en impuestos", algo que a lo que Ciudadanos se niega. "Un partido liberal no puede votar a favor de una tesis obsoleta", concluyó Rivera, que pidió "reformas en las instituciones". Asimismo, tuvo un mensaje sobre el déficit: "Los únicos Presupuestos que cumplen con el déficit fueron los de 2018, pactados con Cs".

"Hemos visto firmando estas cuentas a un populista", dijo sobre Pablo Iglesias. En palabras de Albert Rivera, Sánchez "ha podemizado la economía española". El presidente naranja aclaró que se trata de unas cuentas pensadas "para ganar más tiempo en Moncloa".

Pisó entonces el terreno del llamado bloque constitucionalista. "Estos PGE son malos porque con ellos solo quiere gasolina...Gobernar no es solo vivir en la Moncloa, usted mismo lo dijo". Rivera se refirió así al futuro: "Van de la mano de Podemos y los separatistas". Para Cs, la única solución es "votar", alegó para instar al líder socialista a convocar elecciones. "No se puede ser presidente de España y temer al pueblo español", continuó Rivera, antes de añadir que estas cuentas serán "el testamento" del Gobierno.

Montero volvió a la tribuna para, después de referirse a Rivera varias veces como "señor Casado", para afear al líder de Ciudadanos que quiera "seguir viviendo en la crispación". Para la titular de Hacienda, Albert Rivera no tiene "ningún interés por debatir sobre los Prespuestos", sino que se encuentra en un estado de "ansiedad por llegar a la Moncloa".

Con constantes referencias a Cataluña, Montero y Rivera intercambiaron ataques: "Será que usted necesita de los independentistas", comentó la socialista, antes de preguntarse "cómo va a explicar la señora Arrimadas que su partido no quiere más recuersos para Cataluña". Y entonces salieron a colación las proclamas, y la ministra avisó: "No reparte usted los carnés de españolidad, no sé si lo sabe".