Los grupos municipales del Partido Popular y Ciudadanos en el Ayuntamiento de Madrid han criticado la política de vivienda del actual Gobierno municipal de Ahora Madrid, ya que, a su juicio, solo ha servido para incrementar los precios de los pisos y crear una nueva "burbuja inmobiliaria", como está sucendiendo en barrios del sur de la ciudada como Vallecas y Vicálvaro.

En concreto, según un informe de las Juntas de Compensación del Sureste, encargado a Foro Consultores, la escasez de oferta ante la alta demanda ha provocado que el precio por metro cuadrado en zonas como El Cañaveral (Vicálvaro) haya pasado de 1.200 euros en 2015 a 1.800 en 2018, un 50% más. La mitad de esa subida (300 euros) ha sido en el último año. En la práctica supone que el precio final medio de una vivienda que llegue a superar los 200.000 euros.

Según el documento, la razón de este alza es la falta de oferta ante una demanda cada vez mayor. La solución propuesta sería permitir que en los Desarrollos del Sureste –Valdecarros (Villa de Vallecas), Los Berrocales, Los Ahijones y Los Cerros (Vicálvaro)– se puedan construir más de las 54.000 viviendas autorizadas por el Ayuntamiento, que rebajó a la mitad los planes iniciales previstos (105.000).

"El Gobierno de Carmena ha perdido los cuatro años de esta legislatura en la gestión de suelo para la construcción de viviendas libre y protegida en la capital, lo que ha ocasionado una escasez de suelo y la subida del precio de la vivienda", señala Paloma García Romero, portavoz del Partido Popular en la comisión de Desarrollo Urbano Sostenible. Para la edil popular "el ejemplo más escandaloso está en los Desarrollos del Sureste que fueron paralizados nada más llegar Ahora Madrid al Gobierno municipal por motivos ideológicos. Ahora, tras cuatro años de paralización, el Consistorio quiere volver a retomar este proyecto, pero con un recorte del 50%. Carmena está generando su propia burbuja inmobiliaria".

Por su parte, desde Ciudadanos, su portavoz urbanístico, Bosco Labrado, considera que "la imposibilidad de crear nuevo suelo finalista debido a la parálisis planificada por el equipo de Gobierno de Carmena está generando un auténtico boom en el precio del suelo para construir vivienda en la ciudad, tanto libre como protegida", especialmente en la zona sur. "El precio de venta de vivienda seguirá su senda ascendente, siendo la clase media y trabajadora y los jóvenes los principales afectados al quedarse fuera de sus posibilidades", sentencia Labrado.

Desde el Consistorio, el delegado de Desarrollo Urbano Sostenible, José Manuel Calvo, defiende que la obligación del Consistorio, como marca la Constitución, es luchar contra la especulación en el uso del suelo pese a que "algunos promotores del sector inmobiliario aún se empeñan en defender el viejo mantra de que las viviendas bajarán de precio mediante la clasificación de nuevos suelos como urbanizables". "Ese mantra fue el argumento sobre el que se basó la burbuja inmobiliaria tanto de los años 90 como de los 2000", añade.

Calvo asegura que ninguna economía sana debe mantenerse sobre ciclos de crecimiento y pinchazo tan acentuado y mucho menos, "cuando se trata la regularización de un sector económico sobre el que se sustenta un derecho social tan básico como el acceso a la vivienda". El concejal de Ahora Madrid afirma que la actuación municipal en los Desarrollos del Sureste racionaliza "los costes de urbanización, limitando las cargas que luego deban ser repercutidas sobre las viviendas". Para Calvo, la reducción del número de viviendas acaba con el "sobredimensionamiento" de los barrios.

La responsable de urbanismo del PSOE en el Ayuntamiento, Mercedes González, cree el Gobierno de Carmena ha adoptado la decisión correcta. "Había que reconducir los Desarrollos del Sureste en la línea de reducir el número de viviendas", indica la edil socialista, que considera los argumentos del informe una "falacia". "Están utilizando los argumentos que nos condujeron a la burbuja inmobiliaria para presionar al Gobierno y que cambie de planteamiento. Cuando hubo más oferta la vivienda no se abarató", concluye González.