La familia de Laura Luelmo hizo que constara la preocupación que la joven sentía ante la actitud de su vecino, Bernado Montoya, en la denuncia interpuesta poco después de su desaparición, ha informado 'Huelva Información'.
La joven profesora de instituto ya había advertido en conversación telefónica a su novio de la existencia de un varón que la observaba, que sacaba una silla a la puerta de su vivienda y la miraba de una forma extraña y que no le gustaba nada.
El viernes 14 de diciembre, al poco de su desaparición, la Guardia Civil precintó el domicilio de Laura para continuar con la investigación. Tras esto, según Ezequiel Romero, la Benemérita consutó los antecedentes penales del autor de su muerte. Un patrulla se instaló en la calle Córdoba para vigiltar los movimientos de Bernardo.
La Guardia Civil tenía identificado a Bernardo, pero el seguimiento exhaustivo no comenzó hasta el 16 de diciembre, un día antes de que apareciera el cuerpo. El día 17 los agentes accedieron a la vivienda con un mandato judicial de entrada y registro. Finalmente, el martes 18, Bernardo Montoya era detenido.
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