Un título que se ha hecho popular, una apuesta (casi) segura sobre una historia y unos personajes que funcionan o, en el caso del musical, un reflejo del potencial rítmico de baile y canciones que ofrecen muchos argumentos de película.
Sobre todo en los escenarios de Broadway, recurrir a las adaptaciones cinematográficas les ha permitido contar con el aval que el abultado presupuesto a invertir puede contar con ciertas garantías de éxito.
Sea en los escenarios de Broadway, de Londres o de los escenarios españoles, recordamos algunas de las ocasiones en que el cine ha actuado como musa en las tablas de los escenarios.
El universo de Tim Burton
Ahora ha adaptado el célebre Sweeney Todd, pero su Eduardo Manostijeras (1990) ha conocido el camino inverso. La más reciente adaptación: el ballet del prestigioso coreógrafo y director Matthew Bourne. En noviembre del 2005 se estrenó en Londres y hace quince días llegó a la Ópera de Sydney (Australia).
Otras fantasías que se han materializado en los escenarios han sido, por ejemplo, el coche volador de Chitty Chitty Bang Bang (1968) o la comedia Big, que protagonizó Tom Hanks en 1988. Y si lo que desean es más ritmo ahí están las adaptaciones de Billy Elliot, Dirty Dancing o Never Gonna Dance, basado en un musical de Fred Astaire y Ginger Rogers.
Personajes Disney en carne y hueso
El único largometraje nominado en la categoría de mejor película, La bella y la bestia (1991), propició también un éxito como musical en teatro. El montaje en español estuvo protagonizado por David Ordinas y Julia Möller. Y es que la Disney ha sabido reciclar sus más célebres producciones de los últimos años: El rey León, La sirenita, Tarzán, Aladdín...
Dejando a Disney, primero fueron película, luego pasaron a Broadway y de allí otra vez a la gran pantalla, como la reciente Hairspray (John Waters en 1988), Los productores (Mel Brooks, 1968) o Sweet Charity, con Shirley MacLaine (Bob Fosse, 1969) basado en Las noches de Cabiria que Federico Fellini dirigió en 1957 con su esposa Giluetta Massina como protagonista.
De dioses y clásicos
Una de las obras maestras del gran Billy Wilder, El crepúsculo de los dioses (1950), se transformó en uno de los más prestigiosos musicales: Sunset Boulevard. La inimitable Gloria Swanson como Norma Desmond, se reencarnó en las tablas, y simultáneamente en Glenn Close en el musical de Broadway y en Patti Lupone en Londres.
Entre algunos de otros clásicos adaptados: La soga (Alfred Hitchcock, 1948, basado en el relato de Patrica Highsmith), El graduado (Mike Nichols, 1967), El apartamento (Billy Wilder, 1960), Chantaje en Broadway (Alexander Mackendrick, 1957) o Millie, una chica moderna ( 1967), basado en una obra anterior, pero con la película como base para el musical en teatro.
Todo sobre mi madre
Las chicas Almodóvar tuvieron su versión británica. La oscarizada y una de las más premiadas películas españolas habló inglés en los escenarios londinenses. Entre el reparto, la veterana dama del teatro Diana Rigg (famosa en los sesenta por la teleserie Los vengadores), pero la obra no convenció del todo.
Y como clásicos internacionales adaptados en teatro aquí, recordemos a Misterioso asesinato en Manhattan , Sueños de un seductor, En tierra de nadie, El bazar de las sorpresas, The Full Monty, Cantando bajo la lluvia o Badgad Café. También se ha recurrido a los clásicos y triunfos propios con las versiones de El verdugo, Atraco a las tres o El otro lado de la cama.
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