Whitney Houston, una diva egoísta que enganchó a un enamorado Bobby Brown a las drogas, según un documental

La mañana del 18 de julio de 1992 a Bobby Brown le rondaban muchas cosas por su cabeza. Era el día de su boda con Whitney Houston a quien "amaba más que a nada", pero por otro lado "nadie creía que la mereciese"... "y tal vez no", se decía a sí mismo el cantante.

Mientras tanto, Houston esnifaba cocaína: "Es porque estoy nerviosa". Con indulgencia, un enamorado Brown besa en la frente a su futura esposa y juntos se dirigen felices al altar.

Si alguno de estos momentos de la boda entre Houston y Brown tiene algo de real, nunca lo sabremos, pero sí quieren que la audiencia crea que así fue.

Así aparece reflejado en el documental autobiográfico The Bobby Brown Story, que sigue los acontecimientos del final de su banda, Nueva Edición, en 1985 hasta la actualidad.

Pero sin duda, la relación tormentosa del ganador del Grammy con la difunta Houston es su mayor atractivo. Y parece que Bobby, de 49 años, quiere aprovechar esta oportunidad para cambiar esa imagen de 'chico malo' que la opinión pública tiene sobre él.

A Brown siempre se le ha hecho responsable de empujar a Houston hacia un pozo negro: se le acusó de maltratar a la cantante y de hacer que se enganchara a las drogas, una idea que se reforzó por la trágica muerte de Houston en 2012.

La estrella, de 48 años, fue encontrada muerta en la bañera del hotel Beverly Hilton por una sobredosis. Tres años más tarde, su única hija, Bobbi Kristina, fallece a los 22 años de forma similar. 

El biopic muestra a un joven Brown como un alma perdida, fascinado y dedicado en cuerpo y alma a Houston, que aparece como una diva exigente y egoísta. Y es ella, en gran medida y siempre desde la perspectiva del documental, es la responsable de que Bobby se convirtiese en un yonqui que casi muere por sus adicciones. "Todo el mundo comenzó a odiar a Bobby Brown cuando llegué contigo", le dice su personaje a Whitney.

Cuando Brown se desmaya en su casa, Whitney lo patea, le exige "sus cosas" y lo deja por muerto después de un derrame cerebral. Una acusación condenatoria del cantante, a quien el espectador ve despertar del coma diciendo: "No más drogas". Según esta versión de los hechos, Houston no escuchará.

Bobby fue encarcelado durante 26 días, mientras Houston sigue drogándose. En el momento en el que sale de prisión, la película resalta que Houston le tentaba con drogas y él, enfadado, aseguraba que quería mantenerse limpio. "Soy Whitney Houston y nadie me dice qué tengo que hacer".

Por supuesto, cualquier indicio de presuntos malos tratos de Brown hacia Houston se toca de puntillas. Hay un caso de 'violencia accidental' en el que Brown golpea a la cantante "por error" cuando intentaba defenderla de un agresor.