Ana Guerra: "El pop latino se desprestigió por las letras"

En las paredes de la Academia de Operación Triunfo aún resuenan las notas de La Bikina. Aquel verso, "altanera, preciosa y orgullosa", parecía un prólogo de lo que Ana Guerra sería en una carrera musical que, por otro lado, había empezado ya antes de OT. La canaria acaba de lanzar Ni la hora, su single debut junto con Juan Magan. Un tema que insiste en el carácter feminista e independiente de la artista.

¿De qué habla Ni la hora?

Lanza un mensaje positivo, no sólo hacia la mujer, que también porque sigue la estela de Lo malo, sino para todo el mundo porque todos deberíamos vivir en algún momento de nuestras vidas solos, para conocernos bien a nosotros mismos, cómo somos, en qué somos débiles, en qué fuertes... Ni la hora manda ese mensaje de "mira qué bien me va sola", vivo mi vida... Es la mezcla perfecta entre Lo malo y El remedio, tiene todo el buen rollo que se puede necesitar esos días que a lo mejor estás un poco más abajo y te puedes poner esta canción para coger fuerza y ponerte una sonrisa.

¿Es importante que todo lo que cante tenga moraleja o mensaje?

Intento sentirme identificada con las cosas que canto, que haya un mensaje. Fue increíble lo que pasó con lo malo, que las mujeres la utilizaran en la calle para reivindicar la igualdad y el feminismo... Es lo mejor que nos puede pasar en la industria de la música, tener un altavoz y llegar a mucha gente. Creo que es importante transmitir un mensaje con el que alguien pueda sentirse identificado.

¿Cómo surgió la colaboración con Juan Magán?

Nos llegó la canción y alguien propuso esa colaboración, pero yo lo veía imposible porque era Juan Magán, el padre del electro latino y me parecía una idea imposible de hacer, por el renombre que tiene y el peso que tiene en la industria musical. Y resultó que a la primera me dijo que sí, para mi sorpresa. Y ahora vamos de la mano juntos en este tema y es genial porque además es un tío que da mucho buen rollo trabajar con él.

Y cuando le dice que sí Juan Magán, ¿es cuando se da cuenta de la propia repercusión que usted está teniendo?

Yo me veo como saliendo del cascarón, empezando, pero pasan estas cosas y te dices "a lo mejor tengo que ser más consciente de lo que está pasando", porque me pilla siempre todo como de sorpresa.

¿Eso es porque aún conserva la humildad?

Pues no lo sé... sería raro que te dijera que sí, no sería humilde (risas). Creo que me sigue sorprendiendo todo porque apenas tengo tiempo para digerir lo que está pasando, tengo mucho trabajo. Y cuando pasan cosas así me doy cuenta de que no paro de sorprenderme.

En el mundo del electro latino hay muy poca presencia femenina...

Sí, realmente mi single no es exactamente electro latino sino pop latino con un poco de urbano, pero sí que es verdad que hay poca presencia femenina y poco mensaje feminista. Innovar y hacer cosas distintas le da vida a la industria.

¿Ese pop latino está injustamente poco considerado?

Puede que hubiera mucha gente que haya podido desprestigiarlo de alguna manera, porque si tenemos en cuenta las letras a las que se nos tenía acostumbrado dentro de este género es normal que de alguna manera perdiera credibilidad. Pero yo voy a intentar cambiar eso en mi música. Yo soy músico, tengo ocho años de conservatorio y vivo la música y hago este estilo porque se puede amar la música de esta manera.

¿Hasta qué punto como artista puede usted influir o cambiar un tema cuando se le propone?

Cuando llegué a Universal y decidimos cuál iba a ser mi objetivo artístico, qué tipo de artista iba a ser empezaron a llegar canciones al departamento artístico y empezaron a llegarme temas. Y hubo como 15 o 20 temas a los que dije que no y se me respetó. Porque no me convencía el estilo, porque no me convencía la letra o por otros aspectos... Y cuando llegó Ni la hora dije 'es ésta'. Y hemos cambiado cosas de la canción y en todo momento he estado en contacto con el compositor y productor de la canción, que es Andrés Saavedra, que es colombiano, y se me ha dado por parte de la compañía total libertad para hacer lo que quiera, nadie me ha obligado a nada. De hecho creo que por mi propia personalidad ellos no habrían querido otra cosa.

¿Qué hace que le diga que sí a una canción?

Encontrarte identificada con el mensaje, que te guste el estilo y que cierres los ojos y te visualices defendiéndola en un escenario, en un plató o en cualquier lugar. Eso es lo que decide el sí o el no.

¿Puede suponer Ni la hora el salto a Sudamérica? ¿Le da vértigo?

Lo que me da miedo es volar muchas horas seguidas (risas). Ojalá pueda cruzar el charco, estaría encantada.

¿Ha echado de menos a Aitana?

Sí, porque es muy espontánea y en cada entrevista soltaba alguna cosa y yo me reía mucho con ella... y ahora estoy solita y la hecho mucho de menos.

Ahora que cada uno va haciendo sus cosas por separado, ¿tienen síndrome de nido vacío?

Sí, es como cuando te vas de casa. Pero de momento seguimos teniendo las giras y nos seguimos viendo. El problema va a ser cuando se acabe la gira... puf.

A sus 24 años tiene un currículum muy amplio... ¿es por su carácter inquieto?

Es porque soy un culo inquieto y nunca podía estar sin hacer nada. A veces cuando alguien no me conoce y empiezas a hablar de las cosas que has hecho en tu vida siempre acaban preguntándome ¿pero tú qué edad tienes? (risas) y siempre contesto "y no te he contado ni la mitad de cosas que he hecho".

¿Recuerda cuándo pensó por primera vez que quería dedicarse a cantar?

Sí, fue en Madrid, vine con mi papá y mi mamá a ver el musical de La Bella y la Bestia, tendría yo como siete años, estaba en mi elevador del asiento. Y cuando acabó el musical, mientras lloraba de la emoción, le dije a mi mamá "yo quiero estar allí" señalando el escenario "y no aquí", señalando la butaca. Ese fue el día en que decidí que quería cantar.

¿Y qué le dijo su madre?

Sonrió mientras aplaudía. Y un año después estaba ya en Menudas Estrellas cantando.

¿Cómo está viviendo el asunto de Aitana y Cepeda, que parece un debate nacional?

En realidad, como les veo en las giras y me lo paso bien con ellos y somos como hermanos... Las redes sociales hoy en día mueven el mundo y todo lo ven, pero nosotros estamos igual.

Se les critica mucho la diferencia de edad, pero ¿hay que hacer siempre lo que el corazón te diga?

Sí. De hecho no creo en la diferencia de edad. Yo siempre he estado con personas que son mayores que yo, por personalidad, por mentalidad... creo en las personas y ya está. Si algo te llega así, cógelo como te viene.

¿Qué es lo siguiente que vamos a ver u oír de Ana Guerra?

De momento estamos escuchando muchas canciones, estoy componiendo... seguimos trabajando, decidiendo qué estrategia seguimos, si sacamos otro single dentro de un tiempo o directamente pasamos a disco... aún no lo sabemos.

¿Es emocionante esa parte de la industria que se ocupa del marketing y la estrategia?

Me implico al 100%, al máximo, de hecho a veces por parte de la compañía me tienen que decir "para, Ana" (risas). Me meto en la cama y comienzo a darle vueltas a estrategias, a canciones, a cómo formular el disco, con qué productores quiero trabajar... es un trabajo maravilloso, porque cuanto más lo hagas tuyo más lo vas a sentir y mejor resultado tendrás. Pero ya me lo dice mi padre, que trabajo 24 horas al día 7 días a la semana. Mi móvil es mi ordenador y siempre estoy trabajando.

¿No lo suelta?

Fui con mi padre a ver a Lenny Kravitz y me dijo "anda, pero si no estás con el móvil". Pero es que estoy viendo a Lenny Kravitz e indirectamente estoy trabajando, porque me estoy fijando en todo, en mil detalles, en producción, montaje, sonido, show...

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