El de la cueva Tham Luang no es el primer rescate masivo que se efectúa. Antes hubo otros, agónicos, complejos y con final de distinto tipo. A lo largo de todo el mundo se han llevado a cabo operaciones en situaciones similares.

Las condiciones meteorológicas, zonas peligrosas para trabajar o accidentes de avión. Los grandes rescates se dieron en contextos casi irrepetibles y algunos de ellos han servido para producir series y películas de ficción.

Recordamos algunos de los más importantes:

El 13 de octubre de 1972 sucedió una de las situaciones que más páginas han llenado en materia de rescates. Un equipo de rugby uruguayo vio como su avión se estrellaba en los Andes. Aguantaron casi tres meses a temperaturas extremas, desamparados a 4.000 metros de altura.

Terminaron por alimentarse de otros compañeros que murieron congelados. Su historia inspiró la famosa película 'Viven'. Es uno de los primeros grandes rescates que se recuerdan.

En el año 2009 el vuelo 1549 de US Airways salió de Nueva York con destino Charlotte pero tuvo que aterrizar sobre el río Hudson después de colisionar con dos aves al poco de tomar altura.  Los 153 pasajeros fueron rescatados con vida en el agua tras desplegarse embarcaciones y guardacostas.

Fue un rescate calificado como rápido, porque los equipos se movilizaron en solo unos minutos. El piloto fue el último en abandonar la nave y fue valorado por su destreza con las maniobras forzosas en el agua.

El 5 de agosto de 2010 un derrumbe en la mina chilena de San José provocó una de las situaciones de mayor tensión que se recuerdan en los últimos años: 33 mineros estuvieron atrapados setenta días. Durante las labores de rescate los afectados contaron con víveres para poder aguantar.

Lo llamativo de este rescate es que los geólogos construyeron una cápsula para sacar a los mineros a la superficie. El capataz, Luis Urzúa, fue el último en salir y el primero en dirigirse a los medios para comunicar que todos estaban en perfecto estado de salud.

Un total de 36 días bajo tierra acabaron con final feliz para cuatro mineros atrapados en un pozo en la ciudad de Pingyi. Este caso puso de relieve las malas condiciones de los mineros en el país, ya que se siguen sucediendo accidentes de este tipo.

Estuvieron atrapados desde el día de Navidad a 200 metros de profundidad. Supieron refugiarse en un pequeño rincón de unos ocho metros en una situación muy delicada, pues dos meses antes del suceso, se había dado orden de cerrar la mina.

En enero de 2017, un alud sepultó el hotel Rigopiano, en la región italiana de Los Abruzos. El balance definitivo fue de 29 personas fallecidas y 11 rescatadas con vida.

El despliegue de efectivos alcanzó las 150 personas, que trabajaron en las labores de evacuación durante una semana. A lo largo de esos días, se puso en duda si hubo negligencias o no a la hora de organizar el rescate, y sobre todo, si el edificio estaba construido en una zona demasiado desamparada para este tipo de sucesos.