César Millán aconseja a Trump comprarse un perro para volverse más humano y dejar de separar familias

Fotografía de archivo del 27 de enero de 2012 del entrenador de perros, César Millán, mundialmente conocido como "El Encantador de Perros", posando en San José (Costa Rica).
Fotografía de archivo del 27 de enero de 2012 del entrenador de perros, César Millán, mundialmente conocido como "El Encantador de Perros", posando en San José (Costa Rica).
EFE / Jeffrey Arguedas
Fotografía de archivo del 27 de enero de 2012 del entrenador de perros, César Millán, mundialmente conocido como "El Encantador de Perros", posando en San José (Costa Rica).

El presentador y adiestrador canino César Millán, conocido por su programa El encantador de perros, es mexicano. Y como tantos otros, un día "saltó la frontera" para buscarse la vida en Estados Unidos y ahora "paga impuestos y contribuye a Estados Unidos tanto como el país le da a él", según él mismo ha explicado.

Así que Millán es uno de los muchos a los que la política de Donald Trump de separar a los menores que acompañan a sus padres al cruzar irregularmente la frontera les parece "triste".

Preguntado por un reportero de TMZ sobre el asunto mientras se disponía a coger un avión, insistía en que "no se puede separar a las familias" y se ponía como ejemplo de los beneficios de la inmigración.

"Los perros humanizan a las personas", decía como recomendación para ablandar el corazón de Donald Trump y sus políticas de tolerancia cero con la inmigración de personas pobres procedentes del centro y el sur del continente americano.

"Debería hacerse con un Golden Retriever", aseguraba César Millán, porque "él [Trump] necesita algo tierno". El carácter de esa raza de perros se describe como dulce, muy afectuosa y de excelente relación, por ejemplo, con los niños.

La conversación tiene sentido porque Estados Unidos está inmersa en la polémica después de que diversas grabaciones mostraran a menores inmigrantes, algunos de apenas tres o cuatro años de edad, encerrados en jaulas y en centros de detención, separados de sus padres, e incluso audios de uno de estos centros en los que se les oye llorar desconsolados.

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