Cuando se habla de representantes del cine español fuera de la Península siempre pensamos en Penélope Cruz, quizá en Almodóvar, puede que en Javier Bardem o en Juan Antonio Bayona. Son las caras conocidas, pero no son los únicos: tras las cámaras y en el estudio, los profesionales nacionales gozan de un reconocimiento creciente.

Si planteamos los nombres destacados en bandas sonoras a nivel internacional, John Williams y Hans Zimmer se llevan la palma. Sin embargo, aparecen nuevos iconos en las listas. Uno de ellos, el compositor más joven de la historia de Hollywood en ponerse al frente de una superproducción, nació en Madrid en 1984 y ya mira de frente a los maestros que cita como referentes.

Lucas Vidal ha sido calificado como el hombre de moda en varias ocasiones durante el último año. Puso música a cintas como 100 metros y también lo hizo con Fast & Furious 6 y Mindscape; de hecho, combina su trabajo en España con producciones extranjeras de forma habitual. En los últimos Goya se hizo con doble premio –por Palmeras en la nieve y Nadie quiere la noche–, lo que le situó como uno de los grandes triunfadores de la gala.

Precisamente a los Goya ha sido nominado de nuevo Alberto Iglesias, otro de nuestros grandes nombres en la música cinematográfica. Esta vez es por Julieta, de Pedro Almodóvar, director con el que ha trabajado mano a mano durante casi dos décadas –su primera cinta juntos fue Todo sobre mi madre, en 1999–. Tiene detrás tres nominaciones a los Óscar por las cintas El jardinero fiel, Cometas en el cielo y El topo; se suman a las muchas estatuillas que ha conseguido, entre ellas sus diez cabezones.

El tercer nombre en cerrar el tándem de popularidad va de la mano con Bayona. Autor de la música en las tres películas del director –está nominado al Goya en 2017 por Un monstruo viene a verme–, Fernando Velázquez también ha trabajado en Hollywood con La cumbre escarlata, dirigida por Guillermo del Toro.

Siempre hay ejemplos de éxito, pero salir de nuestras fronteras es difícil y, una vez allí, las cosas son muy diferentes, tal y como comenta Lucas Vidal a 20minutos: "Hay más cambios y más prisas y, en España, el contacto con el director a la hora de componer es más artesanal, por así decirlo".

Con él coincide Zacarías Martínez de la Riva, barcelonés nominado al Goya en 2013 y acostumbrado a trabajar fuera (sobre todo, en Latinoamérica); siete de sus últimos diez trabajos, nos cuenta, son extranjeros. "En películas con producción americana, la cantidad de filtros que la música pasa es tremenda", explica. Cambia también la manera de producir: "Antes, los directores venían al estudio y se trabajaba in situ. Hoy en día, aunque el director esté en la misma ciudad que tú, se hace todo a través de correo electrónico".

El éxito de nuestros músicos es notable, pero es necesario hacer hincapié en los datos, que aún señalan la igualdad como asignatura pendiente. "Hace poco vi un gráfico de porcentajes de mujeres ganadoras del Goya por categorías y la música era una de las que menos tenía", se lamenta De la Riva. "Dentro de la Academia, hay solo un cinco por ciento de mujeres en la especialidad".

Nos habla de ello Luthea Salom, cantautora responsable de poner melodía a la cinta de Leticia Dolera Requisitos para ser una persona normal. "Siendo mujer es más difícil entrar en el mundillo. Muchas veces se te cataloga como mujer con guitarra, como si eso en sí mismo fuera un estilo". A pesar de ello, se abre paso en el cine internacional –ha compuesto para una producción serbia– y mantiene el optimismo: "Hay que poner energía en seguir creando y crecer".