El Palacio de Cibeles volverá a sufrir obras de reforma solo cinco años después de finalizar su acondicionamiento y rehabilitación para convertirse en la nueva sede del Ayuntamiento de Madrid, que gastó bajo el mandato (2003-2011) de Alberto Ruiz-Gallardón (PP) unos 138 millones de euros en acometer las actuaciones, más del doble de lo presupuestado inicialmente.

Un pequeño desprendimiento en una de las fachadas registrado el pasado 28 de octubre ha provocado que el Consistorio que dirige Manuela Carmena (Ahora Madrid) haya decidido poner en marcha los mecanismos necesarios con el fin de evitar daños graves en un edificio emblemático para Madrid. Lo primero será realizar un análisis "exhaustivo" de las fachadas del Palacio de Cibeles para identificar posibles daños, realizar diagnósticos de las causas y proceder, por último, a los arreglos que sean necesarios.

"El objetivo de esta actuación consiste en proteger el valor patrimonial y artístico del Palacio de Cibeles con actuaciones que se iniciarán en breve", ha señalado el Consistorio. Los trabajos previos concluirán en el primer trimestre de 2017 y, a continuación, se acometerán las obras de reparación, que estarían terminadas en otoño del próximo año.

El Ayuntamiento ha afirmado a 20minutos que está estudiando si en los trabajos de rehabilitación que se recepcionaron en 2011 se realizaron  actuaciones en las fachadas o se llevó a cabo algún tipo de revisión. "El actual contrato de mantenimiento del edificio, que es heredado del anterior Gobierno municipal y estamos revisando, no incluye la conservación de la fachada", han revelado fuentes municipales.

En cualquier caso, ya fuese por acción o por omisión, arquitectos consultados por este medio han señalado que la ley del suelo regional recoge que los propietarios de  edificios tienen el deber de mantenerlos, realizando los trabajos y obras precisas para conservarlos o rehabilitarlos. "Si en esas obras se reformaron las fachadas, es incomprensible que se hayan deteriorado", han destacado las fuentes consultadas. "Si no se hizo nada, la obligación del propietario es hacer un seguimiento periódico para no descuidar el mantenimiento, sobre todo si hablamos de un edificio protegido".

La transformación de la antigua sede de Correos en el actual centro cultural y administrativo de Cibeles comenzó en 2003. Ese año Ruiz-Gallardón ganó las elecciones y firmó un convenio con el Gobierno para llevar a cabo una "cesión mutua" de edificios públicos. En este intercambio entraba el Palacio de Comunicaciones, que pasó a manos del Ayuntamiento.

Una vez en su poder, el exalcalde comenzó su reforma a finales de 2006. El presupuesto era de 67 millones de euros con un plazo de ejecución de 30 meses. Posteriores modificaciones hicieron al Consistorio elevar el coste en 2011 hasta los 126 millones de euros. Entonces, el equipo de Gallardón justificó el incremento en el que el inmueble estaba en peores condiciones de lo que esperaban y que la cimentación tuvo que ser reforzada para la construcción del parking subterráneo.

Tres años después, el Ayuntamiento rectificó esa cifra y situó el montante total de las obras en 138 millones de euros, un 106% más que el presupuesto inicial. No obstante, el PSOE acusó a Gallardón de gastar 510 millones de euros en el proyecto, incluyendo el coste del edificio en la factura total.

El actual Palacio de Cibeles fue diseñado y construido en 1909 por los arquitectos Antonio Palacios y Joaquín Otamendi. Su uso primigenio fue el de sede de la Sociedad de Correos y Telégrafos de España. En el año 2007, Gallardón materializó el traslado de las dependencias municipales, que se mudaron allí procedentes desde la Casa de la Villa y Casa de Cisneros. Desde 1993 tiene la catalogación de Bien de Interés Cultural (BIC).